Avanzar en Huelva y en Andalucía pasa por la renovación de nuestras instituciones a medio plazo. Casi todas las elecciones acaban de tener lugar, por lo que habrá que esperar algún tiempo, pero también habrá que ir preparando el camino. Los ayuntamientos socialistas y comunistas deben pasar de manos, igual le pasa a Diputación y a Andalucía. Todas estas instituciones precisan un giro hacia la modernización y el bienestar desde políticas de centro. El PP-A no fue capaz de vencer la tradicional tendencia andaluza hacia la izquierda y el resultado del 25-M nos pone en camino de políticas decimonónicas y de beligerancia con el gobierno central.
Me niego a creer que un constituyente genético incapacite a Andalucía para avanzar hacia políticas no social comunistas. Hasta aquí, lo que ha fallado es la oferta popular, quizás identificada por una parte esencial del electorado como excesivamente derechista. Andalucía pide, desde el silencio de su alta abstención, un centro andaluz que ilusione al electorado por medio de afrontar los problemas de los ciudadanos con la oferta de nuevas y eficaces recetas que sacudan las telarañas de las conciencias del país.
El PA sufre estertores de muerte. Con todos los respetos, el electorado ha sentenciado en demasiadas ocasiones al respecto y la bandera de lo andaluz yace en espera de que nuevas manos e ideas la icen al viento de los cambios necesarios. Huelva capital también agradecerá el ofrecimiento de una nueva alternativa así como nuestra Diputación, que ve cómo sigue instrumentalizada por políticas viejas sin que una oposición dinámica ni renovadora dé la batalla. El grupo popular de Diputación cuenta con elementos notables, pero falla allí donde las iniciativas, la novedad en los planteamientos y la rapidez en la acción deben ser inmejorables. El grupo, para reflejar aquel avance de gobierno que debió representar desde el principio, necesita una eficacia en el asesoramiento en el que falla completamente.
Huelva, capital y provincia, ha de trabajar en la preparación de una alternativa diferente para 2015 y 2016, a no ser que las andaluzas tengan lugar antes. El PP no es suficiente ni en la provincia ni en Andalucía y la capital necesita un aire nuevo que Pedro Rodríguez no quiso darle en las últimas municipales al no renovar al menos el 50% de la candidatura. Además, Javier Arenas, vencedor de las elecciones autonómicas pero sin posibilidades de gobierno, amaga con intentarlo una quinta vez. Puede que sólo sea un gesto de fortaleza y unidad cara al partido y a la sociedad y las cosas cambien en el camino, pero aún así se hace más necesaria la irrupción de una formación, desde el centro renovador, para avanzar en la conciencia de que Huelva y Andalucía pueden hacerse cargo de sus necesidades y encontrar soluciones realistas.