La organización agraria Asaja ha recordado en una nota a los representantes españoles en Europa el tremendo perjuicio que el acuerdo comercial agrícola con Marruecos acarrearía para las producciones estrella andaluzas, en especial para los cítricos, las fresas y los frutos de hueso, que son clave para la economía onubense y que en este momento constituyen un alivio para las listas del paro de la provincia.
El voto en contra de los eurodiputados españoles no ha sido suficiente para lograr que la Comisión de Comercio Internacional del Parlamento Europeo rechace la renovación del tratado agrícola con Marruecos. No obstante, el pronunciamiento a favor del acuerdo de la Comisión de Comercio no es vinculante, al igual que no lo es el pronunciamiento en contra de la Comisión de Agricultura, que votó en contra el pasado 12 de julio, puesto que la decisión final sobre el acuerdo llegará el próximo 15 de febrero cuando se vote este pacto en el Pleno del Parlamento, por lo que desde Asaja se insta a los dos grandes partidos españoles a que sean proactivos y, en las tres semanas que aún quedan para la votación definitiva, hagan campaña en contra de la ratificación del acuerdo.
Asaja-Huelva se suma así a la advertencia del presidente de la organización a nivel andaluz, Ricardo Serra, que ha dejado claro que “antes de suscribir un nuevo acuerdo debe garantizarse el cumplimiento del actual, que en estos momentos Marruecos incumple sistemáticamente, puesto que no respeta los precios de entrada ni los contingentes de importación, y deben establecerse cláusulas de reciprocidad que garanticen a los ciudadanos europeos que los productos procedentes de Marruecos son seguros y cumplen toda la normativa medioambiental, laboral y fitosanitaria con la que cumplen las producciones europeas, de otra manera el acuerdo resultará totalmente desequilibrado y enviará a la fosa a muchas de nuestras producciones más emblemáticas”.
El acuerdo actual es ya muy lesivo para el sector agrícola español y andaluz, y especialmente para las frutas y hortalizas, cultivos que aportan casi 14.000 millones, la tercera parte de toda la Producción Final Agraria de España, y generan 450.000 empleos directos, pero el texto del nuevo acuerdo es aún peor, ya que supone una liberalización encubierta, puesto que se liberalizan todos los productos agroalimentarios a excepción de siete (tomate, pepino, fresa, clementina, ajo calabacín y azúcar), los únicos que en el acuerdo se consideran sensibles y que pese a ello no se protegen, pues se amplían los contingentes y las fechas en las que se permite su importación, que vienen a coincidir con las fechas de recolección de las producciones españolas.
El acuerdo, además de hundir las frutas y hortalizas de invernadero, afectaría también muy negativamente a otros cultivos como las naranjas, vitales para la provincia de Huelva, la uva de mesa o las frutas de hueso (melocotones, ciruelas y nectarinas), donde Huelva también está despuntando en los últimos años, cuya exportación queda prácticamente liberalizada, pues se establece una exención total de los derechos de aduana ad valorem y se reduce un 30% el precio de entrada, y todo ello además en un momento de asfixia para las explotaciones agrarias españolas y andaluzas, muchas de ellas abocadas al cierre ante el hundimiento generalizado de los precios en origen, que está llevando a los agricultores a vender a precios inferiores a los costes de producción.
Ante este panorama, Asaja quiere transmitir su confianza en las dos fuerzas políticas mayoritarias en España y en el Parlamento Europeo, PP y PSOE, que deben hacer campaña para impedir que se utilice de nuevo a la agricultura como moneda de cambio. La situación del sector es tremendamente crítica y un golpe de este calibre terminaría por hundir a miles de agricultores españoles y andaluces cuyas explotaciones están al borde del abismo desde hace varios años y en coma desde la pasada campaña, cuando la crisis del e-coli dañó su imagen, hundió sus mercados y les impidió comercializar sus producciones.
