Un comentarista político con el conocimiento de la realidad tan afinado como José Antonio Gómez Marín ha vaticinado, en su intervención en el desayuno organizado por la Caja Rural del Sur, una victoria del Partido Popular este domingo por un margen mucho más amplio del que dicen las encuestas. Y es que las encuestas, en la mayoría de las ocasiones, no alcanzan a captar el pálpito que late en una sociedad y que se siente nada más se escucha una conversación en un bar o se oye la opinión espontánea de cualquier persona. Las encuestas sí recogen un dato clave: 7 de cada 10 andaluces, es decir la nada despreciable cifra del 70% de los andaluces en edad de votar, creen que ya es necesario un cambio en la Junta de Andalucía después de 32 años ininterrumpidos de gobiernos del PSOE.
Este porcentaje tan abrumador indica que entre los votantes del PSOE también anida esta sensación o teoría del desgaste de materiales. 32 años, eso sí, elegidos libremente por los andaluces, son muchos. Y son muchos, sobre todo, para que se instale cierto halo de impunidad en algunos de los responsables públicos de la formación política que aguanta tanto en el poder. Sólo de esa forma puede entender lo ocurrido con el caso de los ERE: Jamás pensaron los distintos directores generales de Trabajo de la Junta que acabaría por salir a flote tanta indignidad y mala utilización del dinero público.
32 años son tiempo suficiente para que los listos de siempre, esos que se acomodan cerca del poder para su beneficio propio, se peguen como lapas o como sanguijuelas para chupar todo lo que es chupable. Ese es el problema fundamental de lo que se puede considerar un regimen de poder que, después de tantos años, sólo busca perpetuarse.
Es por eso que 7 de cada 10 andaluces crean que ha llegado el momento de cambiar.