Testigos próximos a la familia materna han declarado este jueves ante el juez que lleva el caso de la desaparición de los pequeños Ruth y José que éstos sufrieron maltrato físico y psicológico por parte de José Bretón. Los testigos han asegurado al juez que ellos estaban presentes cuando se produjeron esos episodios.
En la sesión de este jueves han declarado dos funcionarios de prisiones que han tenido trato directo con el padre de los niños desaparecidos, así como tres presos que lo han vigilado de cerca para evitar que Bretón pudiera intentar suicidarse. Estos interrogatorios tenían por objetivo cotejar su actitud en prisión con los informes psicológicos y psiquiátricos realizados a Bretón, que lo definen como manipulador, obsesivo y controlador.
Los reclusos han comentado que una de las características más llamativas de Bretón es su meticulosidad y su obsesión por la limpieza. Además, Bretón no para de hablar de su mujer mientras que no ha nombrado nunca a sus hijos.
La letrada de la familia ha manifestado que no cree que la familia de Bretón lo esté encubriendo, aunque es posible que «no vean la realidad».
Bretón mantuvo en su declaración del miércoles ante el juez la versión de que perdió a los niños en el parque Cruz Conde, aunque el juez lo acorraló en el sentido literal de la palabra ante las contradicciones existentes.
El padre de los niños respondió a todas las preguntas del juez, manteniendo punto por punto su versión inicial: perdió a sus hijos en el parque Cruz Conde en un despiste. Bretón justificó que el móvil lo situara en un lugar diferente al que dijo estar la mañana en la que desaparecieron Ruth y José porque la llamada debió saltar a otro repetidor de antena cercana por saturación.
En este sentido, Bretón, que se mostró indignado durante las dos horas que duró su declaración ante Rodríguez Laín, dijo que jamás había mentido y cuestionó las actuaciones de los investigadores hasta el punto de que llegó a decirle al juez que la Policía, «en lugar de mentir tanto lo que tienen que hacer es buscar a mis hijos».
Su padre, Bartolomé Bretón, sostuvo que su hijo es «inocente» y que es una «persona buena». Éste tuvo que explicar con detalle en qué consistieron las obras de reforma que se hicieron en la finca de La Quemadillas para descartar que haya un hueco o un zulo en el que Bretón haya podido enterrar a los niños.
Su madre Antonia se mostró más agresiva que su marido y pidió al juez que «dejará tranquilo» a su hijo porque no hay pruebas que apunten a él como responsable de la desaparición. Su hermana Catalina, en cambio, más tranquila, explicó al juez que José Bretón no pudo utilizar su coche Kia Picanto para desplazarse la mañana de la desaparición desde su casa, donde se encontraba cuidando de sus hijos y sobrinos, hasta la finca de Las Quemadillas, porque lo utilizaron ella y su marido para ir a comprar a un centro comercial.