Unas 150 personas integran la comitiva cartayera, una de las más numerosas de los últimos años, según datos de la hermandad, que en la tarde del lunes se sumó a la peregrinación de la Hermandad de Ayamonte, que la amadrina.
Los rocieros cartayeros van ya camino del Rocío después de que en la tarde de ayer, y en un ambiente prácticamente festivo en el municipio, se sumaran a la comitiva de la Hermandad de Ayamonte, que amadrina a la Hermandad del Rocío de Cartaya, en su procesionar por las calles de la localidad.
Más de 150 personas viajan con la Hermandad cartayera, en un total de 9 carruajes y varios vehículos de tracción animal., comitiva que según la presidenta de la hermandad, Consolación Díaz Palacios, “aumentará a partir del jueves y del viernes, cuando aumenta significativamente el número de cartayeros que se desplaza a la aldea almonteña”.
Al ritmo de sevillanas y fandangos, los rocieros cartayeros esperaron en la entrada del municipio, junto al monumento en honor a la Virgen del Rocío, en La Parada, la llegada de la Hermandad de Ayamonte, que se produjo pasadas las 17:30 horas de la tarde. En este punto, y con la asistencia de una representación del Equipo de Gobierno y de la Corporación Municipal del Ayuntamiento de Cartaya, así como de distintas hermandades del municipio, entre ellas la de Consolación y la de San Isidro, se produjo la tradicional ofrenda de flores al Simpecado que precede al traslado de los romeros a la Iglesia del Apóstol San Pedro.
Allí les recibió el cura párroco de la localidad, Manuel Domínguez Lepe, que además de desear un buen camino a los rocieros, les pidió su intersección ante la Virgen del Rocío en un emotivo acto ante la Patrona de la localidad, la Virgen del Rosario, cuya hermandad hizo entrega al hermano mayor de la hermandad ayamontina, Benito Mena, de la Medalla de la Virgen, “para que también os acompañe durante el viaje”.
Posteriormente la comitiva se desplazó hasta la puerta del Ayuntamiento, donde les esperaba el alcalde, Juan M. Polo, y una representación de la Corporación Municipal para realizar la tradicional ofrenda floral al Simpecado y desearles “el mejor de los caminos y que todo transcurra sin el más mínimo problema”.
Una hora y media más tarde se repitió la escena, pero esta vez con la Hermandad de Isla Cristina, que también recorrió las calles del municipio impregnándolas de un ambiente festivo que nuevamente trasladaron a la parroquia y a la Plaza Redonda. Su hermano mayor, Emiliano Cabot, recibió el mismo mensaje del Cura-párroco, además de la medalla de la Virgen del Rosario, así como palabras de ánimo y buenos deseos para el camino por parte de la Corporación Municipal.
Por cierto que los rocieros isleños agradecieron el gesto del Ayuntamiento y de la Hermandad de San Isidro “de cedernos gentilmente un año más la Pradera de San Isidro para pasar la noche” poco antes de partir con destino a la aldea almonteña.