Algo más de ocho horas ha durado este año la procesión de la Blanca Paloma por la aldea del Rocío a hombros de los almonteños. El salto a la reja se producía dos minutos antes de las 3.30 horas y la llegada a la ermita, tras la visita a todas las filiales, se ha producido a las 11.37 horas de este lunes, tras una noche tan intensa como emotiva. A las 11.45 horas el paso de la Virgen del Rocío estaba de nuevo apostado en el altar del Santuario.
La procesión de la Virgen del Rocío ha comenzado a las 3.28 horas. Ha sido a esta hora cuando se ha producido el momento más esperado por los rocieros: el salto a la reja de los almonteños. Las camisas caqui de otros años han sido camisas blancas de fervor rociero, en una salida en la que la imagen de la Blanca Paloma ha seguido una línea recta dentro de la ermita, sin los habituales vaivenes del paso, con lo que en menos de cinco minutos ya estaba en la puerta del santuario entre el aplauso cálido y emocionado de los miles de romeros que se agolpaban a las puertas de la ermita.
Ha sido una salida tan rápida como inhabitual en los últimos años, con el paso en una verticalidad sorprendente, como si contraviniese las leyes de la física al no echarse hacia un lado u otro ante la fuerza de los muchos almonteños que querían coger sus varales.
Tras la salida comenzó una larga procesión en la que la Blanca Paloma ha recorrido todo el recinto romero para visitar una a una a todas las hermandades filiales, algo que no pudo hacer el pasado año a causa de la rotura de uno de los varales. En esta ocasión la normalidad ha presidido una salida que será recordada por la forma precisa en la que los almonteños sacaron a la Blanca Paloma de la ermita.