El macho cabrío. En un museo de Flandes cuelga una obra de un maestro de la tierra. Se titula “San Agustín sacrificando al ídolo de los maniqueos”. Al cabrón.
Los maniqueos constituyen una secta religiosa que fundara allá por el siglo III un persa llamado Mani. De ahí el nombre. El líder maniqueo sólo contemplaba en su filosofía dos principios. El del
bien que suministraba cualidades al alma, y el del mal que proporcionaba esencias al cuerpo. Entre el bien y el mal, la nada.
A tenor de la teoría, sólo el vació separa a lo bueno de lo malo. Ningún valor se intercala en la escala cromática entre el blanco y el negro. El burgués es, en todo momento, la antítesis del proletario como el empresario del trabajador. No existen enlaces ni puentes. El todo o la nada. No se comprende que el mal es la ausencia de bien. Y viceversa.
Agustín de Hipona, que militó en el maniqueísmo, abandonó la secta años después para profesar el cristianismo y convertirse en una de las grandes figuras de la doctrina de Cristo. Mani, que se proclamaba mitad mesías mitad crucificado, era el gran puritano que aborrece a los hados de la sensualidad porque el cuerpo es cobijo de tentaciones y de pecados. Todo es malo. O todo es bueno. No existe ósmosis o conjunto de intersección entre ambas bandas.
El maniqueísmo político bebe de estas fuentes. No es atribuible a la noble actividad política, sino a los gobernantes, electos o no, que hacen del partido el bien único, de la ideología, la bandera de su bondad, y de la derecha/izquierda, la fuente de toda generosidad/perversión. Así es y así parece, que diría Pirandello.
En un sistema democrático, el maniqueísmo es dictadura pura y dura. La
derecha y la izquierda no son principios de bien y/o mal. Los
maniqueos son quienes ocupan las cúpulas de partidos cuyos
dirigentes hacen de la permanencia en el poder el bien supremo de su
vida corrupta. Las ideologías existen por más que algunos pretendan
enterrarlas. Gracias a ellas, la humanística imparte sus lecciones
magistrales. Cuando los perversos hablan de su crepúsculo o
descansan en ellas la vaciedad de su ética, entonces levantan
pedestales a la bronca y a la crispación.
En un museo de Flandes se puede contemplar una obra de un pintor de los
primitivos flamencos. Se titula “San Agustín ordenando el
sacrificio del ídolo de los maniqueos”. El ídolo tomaba la forma
de un macho cabrío, de un cabrón. En ausencia del tauro cretense o
del toro mediterráneo, el macho cabrío simbolizaba la fertilidad.
Lo que pasa es que se atribuye a ciertas mozas el mismo acto con el
cabrón que Pasifae con su toro. La iconografía religiosa cristiana
transformó su imagen natural en un ser maligno.
El cabrón icónico de las derechas/izquierdas viciadas es trasladar al
pueblo que el bien único, el pensamiento único y el líder único
residen en el flanco diestro/siniestro. Fuera de allí, el limbo o,
peor, la non natura. Son los machos cabríos de una política
desvergonzada y belicista donde todo vale con tal de fecundar
vírgenes y extender la miseria del yo o el caos.
Maniqueos y cabrones. Dejad vivir a los ciudadanos.
3 comentarios en «TERETES
El cabrón
[Paco Velasco]»
AH, se me olvidaba, secta la del OPUS DEI de Don Jose Maria Escriva de Balaguer, financiada por el populo, para acallar la mala conciencia que pudiera provovar ser un cabron como los ahora gobernantes del PP
Bonita historia, pero viniendo de quien viene me temo lo peor, es decir, hay una figura que se silencia, llamemosle pueblo que suena pelin rancio, los gobiernos «democraticos» que entrecomillo, se han dedicado a dar migajas del pastel, ESTADO DEL BIENESTAR, herramienta valida para acallar a ese ciudadano que no participa en la tarta de los mangantes, pues bien ese MACHO CABRIO, cabron, ESTA AFILANDOSE LOS CUERNOS con el desprecio de los mangantes y como que comida no va a faltar, ya que tenemos al INQUISIDOR BCE y demas manejadores de la pasta, el CABRON parece que levemente esta alzando el bramido de apareamiento y ese apareamiento les va a llevar a la REBELION, la rebelion a la guerra y la guerra a la muerte, ¿Negro el cuadro no? pues sigamos migajeando, para que la chusma, la plebe no se nos revele.
¡¡NOS VEMOS EN MADRID EN SEPTIEMBRE!!
Muy bueno.