No cabía un alfiler a las puertas de la Casa Hermandad del Rocío de Isla Cristina el pasado sábado cuando, a las doce de la noche, al toque como siempre de la campana, se apagaron las luces y la Coral Polifónica de Isla Cristina, dirigida por Vicente Sanchíz, mirando al Simpecado, comenzó a cantar la Salve Rociera escrita por Manuel Pareja Obregón adaptada al canto coral.
La Plaza de San Francisco rompió en una fuerte ovación pidiendo más y más a ese conjunto de voces, que en boca del Hermano Mayor, Juan Vázquez, parecía que los ángeles del cielo habían bajado hasta ella. Continuaron con sevillanas adaptadas al canto coral, pero luego siguieron con otros temas distintos a los ofrecidos con anterioridad en el Concierto que dieron en la misma plaza.
Sin duda alguna, el que cada fin de semana se le cante la Salve al Simpecado de la Hermandad del Rocío, hace que la Plaza de San Francisco tenga una vida especial pero también es cierto que con acontecimientos como el ofrecido por la Coral Polifónica hacen que todas las personas que nos visitan en estas fechas estivales comprueben que el saber hacer las cosas bien en Isla Cristina priman por encima de la imagen que algunos quieren dar de ella.
SALVE DEL VIERNES
También, como ya es habitual en las noches de verano, las puertas de la Casa Hermandad del Rocío de Isla Cristina se abrieron un viernes más para a las doce de la noche cantar la Salve al Simpecado, corriendo a cargo de Manolo Correa que, acompañado a la guitarra por Antonio Presa, interpretó la Salve original de la Asociación Rociera de La Libertad de la cárcel de Huelva, con la que Manolo, a través de la Fundación creada por su hija, q.p.d., Amparo Correa, participa de forma muy activa.
Son muchos los sentimientos que a Manolo Correa le unen a Isla Cristina y a la Hermandad por lo que todas las sevillanas que interpretó, con todo su corazón, eran dedicadas a la Virgen y a la relación de ésta con Isla Cristina, quebrando alguna vez su voz por la emoción. Cuesta expresar por escrito esa cantidad de emociones que afloran cuando una persona como Manolo Correa se pone delante de la Virgen.
Esa misma noche se contó con la presencia de la Secretaria de la Hermandad del Rocío de Medina del Campo, Mari Luz López, acompañada por sus hijos, entre ellos Sandra Ibarra que ya regaló un ejemplar de su libro «Las cuentas de la Felicidad» a la Hermandad de Isla Cristina.