Nueva cita liguera para este Recre de vaivenes, capaz de lo mejor y de lo peor. En esta ocasión la constancia de querer jugar siempre de la misma forma se mide a la necesidad de un adversario, el Guadalajara, colista convicto y confeso casi desde el pistoletazo de salida.
Pese a lo que marca la clasificación nada fácil se intuye será el compromiso para unos albiazules que de la misma forma que ilusionaron a su gente con un triunfo a domicilio ante el reputado Castilla, luego echaron por tierra esas mismas ilusiones en un partido aciago en la matinal del pasado domingo. Y es que ante el Sabadell el férreo guión establecido por Sergi Barjuan en la forma de encarar los partidos, le jugó una mala pasada con una goleada de escándalo, que hasta pudo ser de escarnio a poco que el rival hubiera afinado su puntería.Pero eso es pasado, y si tomamos la Liga, la larguísima Liga de Segunda División, como una evaluación continua, el lector aceptará con este que escribe que el equipo onubense de momento aprueba con creces, aunque suspendiera de forma plausible el domingo anterior.
Errores | |
En algunos partidos el Recre ha confundido la contundencia con la constancia, lo que le ha llevado a perder, a veces, a veces con estrépito | |
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Dicen que después de la tempestad llega la calma. Y si tormentosa fue la última comparecencia liguera, ahora el Recre tiene opciones de resarcirse ante el colista que, ojito, no dará facilidades precisamente por eso, por su pésima clasificación. Con el agua al cuello al Guadalajara no le queda otra que ganar, ganar y ganar, para seguir remando y no distanciarse de forma definitiva de esa orilla de la salvación, que está ahora a cinco puntos.
Pero el Recre tiene argumentos suficientes para pensar en el triunfo. A sabiendas de lo que le espera en el Pedro Escartín –campo con la gente encima y que da la sensación de ser más pequeño de lo que es en realidad-, donde aguarda ese Guadalajara casado con la necesidad de puntuar. Tengo claro que el Decano tendrá sus opciones, siendo constante en su forma de jugar, pero con la suficiente mano izquierda como para aplicar matices siempre que fueran necesarios. Así se ganó en Valdebebas, y ese puede ser el camino. El de un equipo con sello propio, con una identidad definida, pero permeable a que los avatares del juego le lleven a situaciones diferentes.
En algunos partidos el Recre ha confundido la contumacia con la constancia, lo que le ha llevado a perder, a veces con estrépito. Ha perseverado en el error por no querer variar un ápice su más que aceptable guión futbolístico, pero que en algunos momentos no daban el fruto apetecido. Si entiende que a veces es primordial no ceñirse a lo preestablecido tendrá mucho terreno ganado. Lo pudo comprobar en sus propias carnes ante el Castilla, donde se vio una de las mejores versiones del Recre, este Recre que, insisto, ha acumulado más méritos que deméritos hasta el momento, y que tacita a tacita, se puede instalar de manera definitiva en la zona noble de la tabla. En Guadalajara no lo tendrá cómodo, además, por la necesidad que obliga a su oponente. Pero ahí queda el hecho de que a lo largo de 14 jornadas el equipo recreativista acumule pingües dividendos gracias a su constancia. Sería una pena que dilapidara todo ese beneficio por el mal de la contumacia.