La Archicofradía de María Auxiliadora de La Palma ha celebrado el punto culminante de su cincuentenario con una solemne función, presidida por el obispo de Huelva, José Vilaplana Blasco, y con la procesión extraordinaria de la imagen de la Virgen salesiana por las calles palmerinas.
A la misa asistieron los integrantes de la Corporación Municipal, con el alcalde Juan Carlos Lagares, a la cabeza; representantes de todas las hermandades locales y numerosos hermanos y devotos, entre los que destacó la presencia de muchas mujeres que lucían la tradicional mantilla.
Durante la homilía el obispo tuvo emotivas palabras para la visita a La Palma de las reliquias de San Juan Bosco y también se refirió al año que el Papa abrió el pasado 11 de octubre con el fin de fortalecer la fe.
Vilaplana Blasco aludió igualmente a los actuales momentos de crisis. Dijo que son numerosas las familias y personas que sufren dificultades, situación que le sirvió para subrayar que cuanto más oscura es la noche, más falta hace la luz; y que cuantas más dificultades aparecen en el mundo, más falta hacen hombres y mujeres de bien. En este sentido pidió a la Virgen su ayuda y rogó a María Auxiliadora para que tengamos una fe firme.
Por su parte, el párroco de La Palma, Francisco Jesús Martín Sirgo, leyó un escrito procedente de la penitenciaría apostólica y a través del cual el Papa Benedicto XVI concedía, en el marco del Jubileo por el 50 aniversario de la Archicofradía de María Auxiliadora y del Colegio de los Salesianos, impartir la bendición papal con indulgencia plenaria.
El presidente de la Archicofradía, Javier Rubio, agradeció al obispo todo lo que hace por La Palma y, en particular, por la Archicofradía y le entregó una reproducción de un grabado con la imagen de María Auxiliadora. Javier Rubio recordó que la Virgen se ha convertido en protectora de los donantes de órganos y de los trasplantados y que, además, como obra social la Archicofradía ha realizado un donativo a Cáritas Parroquial para que lo distribuya entre los más necesitados.
Posteriormente fue el director titular del Colegio Santo Domingo Savio, Juan José Galeote, quien tuvo palabras de agradecimiento para la visita de San Juan Bosco, para el obispo de Huelva, «siempre dispuesto a todo», y para el párroco por esa unión con los hijos de Don Bosco y por su ayuda a la familia salesiana. La misa finalizó con el estreno de una salve a María Auxiliadora.
La salida a la calle de la imagen se desarrolló en una mañana espléndida que estuvo acompañada por una no menos brillante procesión de María Auxiliadora. El carácter extraordinario de la misma no sólo lo dio el motivo del cincuentenario y la fecha de su celebración, sino también el poder disfrutar del esplendor del magnífico trono de la Virgen salesiana a plena luz del día. La Banda de Nuestro Padre Jesús Nazareno de La Palma abrió con fuerza el recorrido con sus marchas. Y el toque elegante lo dieron las mujeres ataviadas con vistosos trajes y mantillas.
Las miradas de los cientos de palmerinos congregados a las puertas del templo parroquial quedaron cautivas por la belleza de la Madre Salesiana de La Palma. La primera marcha que interpretó la Banda de Música de la Algaba fue ‘Fulgida Estrella’, pieza dedicada a la Virgen con motivo del cincuentenario de su llegada a La Palma, compuesta por el joven músico Víctor López y estrenada recientemente en el concierto extraordinario que ofreció la formación sevillana en la iglesia parroquial de San Juan Bautista.
La procesión comenzó rodeando la Plaza de España antes de iniciar un recorrido que transcurrió por las calles Rey Juan Carlos I, Príncipe de Asturias, Plaza de Pedro Alonso Morgado, Arquitecto Pinto, Del Guante, Cristo de la Buena Muerte -donde la Virgen fue acompañada y recibida por la Hermandad del Santo Entierro-, Cardenal Segura -albergó una lluvia de pétalos-, Plaza del Rocío, Cristóbal Colón, María Auxiliadora y Colegio Santo Domingo Savio, a donde llegó después de cinco horas de intenso procesionar.