(Texto: Bernardo Romero)   XXXVIII Festival de Cine Iberoamericano de Huelva. Sección a Concurso. FECHA DE CADUCIDAD. México, 2012. 100′

Directora: Kenya Márquez. Guión: Kenya Márquez, Alfonso Suárez. Montaje: Felipe Gómez, Juan Manuel Figueroa. Fotografía: Javier Morón. Música: Mario Osuna, Alejandro Segovia. Sonido: Nerio Barberis, Santiago Arroyo. Director de Arte: Sofía Carrillo. Intérpretes: Ana Ofelia Murguia, Damián Alcázar, Marisol Centeno, Martha Aura, Eduardo España. Productora: Puerco Rosa

Es un suspense de andar por casa sin fecha de caducidad. Esta exquisita y cercana comedia negra dirigida por Kenya Márquez se quedará en las cinematecas sin que el tiempo, implacable enemigo de lo mediocre, pueda vencerla. Es cine bien hecho y mejor narrado, desde varias ópticas además, con un circular delicioso de personajes principales que completan una comedia coral, un puzzle delicado que se ofrece de la manera más natural posible. La vida, tal como es.

Convendrán ustedes conmigo en que no hay cosa más cierta que todo lo vemos según el color con que lo miramos. La realizadora mejicana nos ha convencido para que miremos por un caleidoscopio genial, hilarante y con la dosis justa de sorpresas que no rindan el ritmo suavecito con que se va narrando la vida o las vidas que se cruzan inevitablemente para construir esta rocambolesca historia de una cabeza por arreglar y por ubicar.

De paso y ya que la realizadora andaba por allí, nos ha retratado ese México que no está ni en las noticias ni en los escaparates de las agencias de viajes: un México real. Ahí están sus costumbres y sus gentes, su quehacer diario y la mentalidad de unas gentes que, aquí como allá, las hay de toda ralea o condición. Esto es lo que hace la película cercana, inevitablemente cercana, el sencillo hecho de que se retrata a las gentes tal como son en cualquier lugar. Aquí y allá. Verismo. Cine verité que le decían. Para nosotros, simple y llanamente una historia contada con esa naturalidad que resulta de querer contarnos historias que emocionen, de emoción como esencia de la manifestación artística, sea cual fuere, de emoción además resultante de una comedia y negra además. Difícil. Complejo pero bien resuelto por la mejicana Kenya Márquez que ha estado bien arropada en el trabajo técnico y por supuesto en el actorado. Ramoncita, Genaro, Mariana y todos los demás cumplen a la perfección el dictado esencial de la película, actuar con esa naturalidad que desde Chejov para acá nos cautiva y emociona a todos quienes amamos las cosas bien hechas, pero sobre todo las cosas tal como son. Buena manufactura.

A este tono más que alto de la película, se arrima también una ambientación absolutamente lograda. Tanto que parece que no hay un sólo decorado en la película, que todo se tomó de la realidad, que no es cinta de ficción sino documental ejecutado al tiempo, o a los tiempos, en que fueron ocurriendo los hechos. La dirección de arte merece una nota por lo tanto adecuada al general de una película que estará en los premios muy probablemente y seguro en el recuerdo de todos aquellos que gustan del cine, del buen cine, de ese cine que emociona en cualquiera de sus géneros, incluso este tan difícil de la comedia. De la comedia negra, además.