El Banco de España, la Asociación de la Patronal Bancaria (AEB), la Confederación de Cajas de Ahorro (CECA), las asociaciones patronales CEOE y CEPYME, Las Cámaras de Comercio y todas las Centrales Sindicales, ¡y cómo no! ….todos los Gobiernos de Zapatero. Todos sin excepción hicieron el menor caso de los datos que iba registrando el INE (Instituto Español de Estadística), que además de calcular el denostado IPC, aporta los datos de evolución por sectores, entre ellos: IPV (Indice de Precios de la vivienda) y la Demanda de vivienda nueva.
Pero también el INE, aporta datos tan interesantes como necesarios para saber de la situación del citado Sector de la Vivienda, el valor por m2 en las distintas ciudades españolas, bien en vivienda nueva o usada, así como la demanda de la vivienda usada. En una Economía nacional que se precie de ser debidamente pulcra, debe estar pendiente de que no se rompa el equilibrio entre la demanda y la oferta. En el caso de la “Burbuja del ladrillo”, se rompió el equilibrio por muchos vectores, entre ellos, “los regalos añadidos” a los compradores que hicieron todas las Entidades crediticias sin excepción de la mano de sus Tasadores (que nos fueron impuestos por la Entidad en cuestión, a los compradores).
Estos “regalos añadidos y envenados” fueron desde incluir los gastos de Escrituración, Registro y Liquidación de Impuestos, pasando por coches, muebles, electrodomésticos, años de carencia, ampliar hasta 40 años la duración de los créditos, etc.
Todo esto se hizo así, principalmente la duración de los Créditos y Préstamos, porque los compradores no llegaban ni a mil euristas, y alargando los plazos, sería la única forma de cuadrar los pagos. Vamos, estamos en el mismo caso que con las jubilaciones, que para cuadrar el pago de las pensiones, tienen que alargar la vida laboral. Además, y es aquí donde vino uno de los principales problemas, es que el valor real de la “cosa”, es decir la casa, no se correspondía con la realidad del coste+margen sino a un “virtual” mercado. ¿Cómo era posible pensar en tener una vivienda propia, con aquellos sueldos, si en el mismo Huelva, un piso nuevo de 70 m2 en barriadas como Pescaderías (sitio que nadie de los vecinos de esta ciudad hubiera deseado comprar unos años anteriormente), su precio de venta ascendía alrededor de los 250.000 € más gastos. Se pasó de tomar la tapita diaria, a comer “solo alpiste” como los canarios.
El crecimiento desordenado del Sector Vivienda, tanto en su parque como en sus precios, hizo brotar como gurumelos, las Agencias Inmobiliarias, y eso que ya teníamos Internet. Parecía que España era la Tierra Prometida a Moisés, donde manaba leche y miel. Pero aquí pecó gravemente el Banco de España, porque el dinero que tomaron las Entidades prestatarias no venía de los depósitos de sus clientes, pues prácticamente éste ya estaba agotado, financiando parte del parque nuevo construido, y parte, carísimamente vendido. Y digo que fue en este punto y en el de la Concentración de Riesgos, donde alguien corrió un tupido velo desde el mismísimo Banco de España. Quizás para que la “Locomotora Construcción” no se parara, por eso se recurrió a captar a través de los Mercados (en las Bolsas de todo el Orbe) dinero.
Muchos millones de €, tantos, que algunas Entidades no tenían liquidez para garantizar los pagos a sus acreedores extranjeros (vamos, los que especularon anteriormente en la bolsa con nuestro sistema bancario). Pero era tanta la alegría que vivíamos “embaucados por la Burbuja mágica”, que los Ayuntamientos picaron como inocentes pajarillos con la entrada ingente de “dinerito fresco” por las licencias de obra nueva….hasta que despertamos de este lindo sueño. Entonces, los que con mucho esfuerzo aún estaban pagando su primera vivienda o acabada de pagar, se encontraron con que su vivienda tenía un inusitado valor teórico en el nuevo Zoco del ladrillo y con ello, aprovechó la Administración para aprobar nuevos valores catastrales, antes de que se “relantizase” la solicitud de licencias de obra, maná de todos los Ayuntamientos.
Valores catastrales que ahora ya no se corresponden con el nuevo valor real de este Zoco de los Mil y Un Sueños; es más , algunas viviendas usadas han caído a valores de hace 15 años La situación en datos estadísticos proporcionados por el INE, referidos a Precios de Vivienda Libre, viene registrando descensos cinco años consecutivos, de tal forma que la depreciación fue del 1,5 % en el 2008; del 6,7% en el 2009; del 2% en el 2010; del 7,4% en el 2011 y nada menos que del 13,7% en el 2012. Concretamente, en el 2012, referente a la Vivienda Nueva le corresponde un descenso del 12,3%, cuarto año con valores en negativo y respecto a la Vivienda usada, le corresponde un descenso del 14,8%, quinto año en caída de su “valor” (inflado artificialmente por la estela de la Burbuja).
Pero lo que nos ha quedado, ha sido una Administración Local sobredimensionada y unos valores catastrales que duplican los del año 2002, es decir, un 100% en diez años. Ni los Ayuntamientos pueden soportar tan descomunal nómina ni nosotros nos hayamos sobrados para pagar tan excesivo IBI. ¡Como calcularon mal, muy mal, perdimos todos!