‘Música a la luz de la mina’, que se ha celebrado este fin de semana en Nerva, ha brillado con luz propia con las actuaciones, en la noche del 2 de agosto, de Alba y Manuel Molina, que estuvieron acompañados del guitarrista Ricardo Moreno, y en la del 3 de agosto con Raimundo Amador. Las actuaciones, que han tenido lugar en la Peña del Hierro, ha sido seguidas por cientos de personas.
Sobre el escenario estuvieron en la primera noche dos generaciones de cantantes de casta flamenca, Alba Molina y Manuel, (hija y padre), que han sido los encargados de abrir el telón con su espectáculo de Los Molinas.
La noche del 3 de agosto fue el turno para el guitarrista y compositor sevillano Raimundo Amador con su particular fusión de estilos entre el rock y el blues, que se encontró frente a una legión de incondicionales que no quisieron perderse el concierto de quien en la actualidad es un músico de culto en toda España.
La diputada de cultura, Elena Tobar, el alcalde de Nerva, Domingo Domínguez, y su concejal de Cultura, Juan Carlos Domínguez, destacaron durante la presentación del programa el caché que el festival ha ido adquiriendo con el paso de los años, a pesar de los malos momentos económicos por los que atraviesa la administración local, así como el enclave en el que se desarrolla. “El paraje natural de Peña de Hierro, pulido por la mano del hombre a modo de corta minera a cielo abierto, se ha convertido en uno de los lugares turísticos más visitados de la Cuenca Minera, al que se le añade ahora el de culto a la buena música”, coincidieron.
Por la Peña de Hierro han pasado ya destacados músicos de origen andaluz y diferentes estilos, desde los pianistas Rafael Prado y Javier Perianes hasta cantantes como Argentina, Arcángel o Kiko Veneno, pasando por otros grupos musicales que diferentes estilos como, Axabeba, Zenet, etc.
La mina Peña de Hierro se encuentra ubicada al noroeste de Nerva, en plena Faja Pirítica Ibérica, a tan sólo 3 kilómetros del núcleo urbano. Debe su nombre al crestón ferruginoso que corona la mina a cielo abierto.
La historia de esta mina se remonta a la época romana, llegando a su mayor producción desde 1850 hasta el final de la II Guerra Mundial en 1945, cerrando definitivamente en el año 1972.
La espectacular corta de la mina a cielo abierto tiene 330 metros en su eje mayor y 160 en el menor, con una mina subterránea de 155 metros de profundidad dividida en 12 niveles.
Hoy en día, la Peña de Hierro, gestionada por la Fundación Riotinto, se ha convertido en uno de los principales recursos turísticos de Nerva. Desde que se cerró el acceso de visitantes a Corta Atalaya, cientos de turistas visitan todos los meses esta pequeña corta minera, enclavada en uno de los parajes naturales más bonitos de la Sierra del Padre Caro, que destaca por su espectacular colorido.