(Texto: José Antonio Mayo Abargues) El jefe de la Flota de la Armada Española, el almirante Santiago Bolíbar Piñeiro, que participó el pasado sábado en La Rábida en el acto conmemorativo de la partida de las naves de Colón a América, en este 521 aniversario que las Fiestas Colombinas ha dedicado a la Marina, aprovechó la ocasión para visitar poco después en Mazagón a su viejo amigo ‘Teto’, el navegante palermo Ernesto Pérez Domínguez, que ahora regenta la Taberna Capitán Salitre en la urbanización Chicago de Mazagón.
El almirante Bolíbar, que iba acompañado de su secretario, el teniente coronel José Luis Porras Benavides, nada más llegar a la taberna le dio un efusivo abrazo a Ernesto Pérez, ante la mirada atónita de todos sus clientes.
El almirante Bolíbar fue el jefe de la expedición de la réplica de las tres carabelas, a bordo de la Santa Maria, que desde 1990 hasta 1993 ejerció de embajada cultural entre los dos continentes. Ernesto Pérez navegó a las órdenes de Bolibar —capitán de navío en aquella época—, en la carabela La Niña, como marinero, primer timonel y oficial de derrota.
Bolíbar y Ernesto Pérez, dos personas que llevan el mar en sus entrañas, charlaron durante algo más de dos horas de los viejos tiempos, de las aventuras y desventuras de aquella expedición y de la capacidad que tuvieron aquellos navegantes del siglo XX de gobernar unos barcos del siglo XV.
Ernesto destacó la valía del almirante Bolíbar para saber llegar a una tripulación, prácticamente civil y totalmente aventurera, guardando una disciplina y un respeto absoluto. El almirante, cogiendo a Pérez Domínguez por el hombro y atrayéndolo hacia él, dijo: «Los amigos que se hacen en la mar en tiempos difíciles, mueren contigo».