Un profesor de instituto en Alemania gana de media 4902 euros al mes. El señor Olli Rehn, que nunca será suficientemente alabado y bendecido, ha decidido que los currantes españoles tengan un sueldo una décima parte más baja, quiere decirse que tengan unos ingresos mensuales un diez por ciento menores que esos tan estupendos que se gastan los currantes teutones (premio).
Haciendo cuentas así a bote pronto, habría que restar a esos cuatro mil novecientos dos euracos, cuarenta y nueve euros con dos céntimos. Dabuten. Quedarían, cuatro mil ochocientos nosecuantos exactamente. Repito, dabuten.
Con cuatro mil ochocientos y pico al mes, en lugar de los dos mil escasos que gana un profesor en Andalucía siempre y cuando tengas unos pocos de trienios, no sólo podrían aumentar su gasto personal y contribuir a la mejora del consumo patrio, sino que incluso más de uno podría ir pagando las ronchas que tiene por ahí.
Ya sé, ya sé que no hay que ir contando lo que se gana o deja de ganar, pero es que Olli Rehn, comisario europeo de no sé qué historia, es a partir de ahora nuestro ídolo, nuestra salvación, nuestra referencia y a los sindicatos que les vayan dando. Ole ese Olli.
Ya era hora de que alguien se preocupara por los salarios de los españoles, esos que en sectores como el de la educación va dejando a los profesionales con salarios que se asoman peligrosamente al umbral de la pobreza. En este año I del reinado en los cielos de don Olli, vamos a poder, al fin, respirar tranquilos. Ahora que me digan que el 30% se lo llevará la hacienda pública, pues muy bien. Sigo diciendo lo mismo, dabuten. De cuatro mil ochocientos y pico euros que ganaría un profesor, por seguir con el mismo ejemplo, le quedarían todavía tres mil cuatrocientos y pico. Es decir, que con una carga impositiva similar a la alemana, se le quedaría la nómina al personal docente en casi el doble de lo que recibe a fin de mes. Lo digo una vez más, dabuten.
Esta es la receta que se está aplicando en EE. UU., y en la Inglaterra que le mentan la Unión Europea y salen a correr. En España se ha hecho justo lo contrario, se les ha reducido dos veces el sueldo a los funcionarios públicos, que son parte importante de la población laboral de un país supuestamente rico y donde prima por lo tanto el sector de los servicios. De este modo el consumo ha caído proporcionalmente a esas rebajas salariales, sobre todo el consumo que más afecta a la pequeña y mediana empresa, que son las que sostienen la mayor parte del empleo en un país como España. Y digo esto de las pequeñas y medianas empresas porque las grandes no se ven afectadas en absoluto, ¿o es que usted a dejado de pagar la luz, el agua, la hipoteca, la letra del coche…? No, ¿a que sí? Pues ea, ya está. La parte de la nómina que le han bajado a cada quisque es la que se dedicaba a todo aquello que no es de obligado cumplimiento si no te cortan la luz, te dejan sin agua o de deshipotecan de malas maneras.
A dónde queremos ir a parar, pues a que no es nada raro que el consumo haya caído, y de seguir al pie de la letra las recomendaciones de eeese Olliiii oé, si a un pringao público, perdón, si a un funcionario público, le quitan un diez por ciento más después de las dos últimas quitas, no es que se va a tener que dejar de gastos, es que tendrá que acudir a un comedor público y cambiar de acera cuando pase por las puertas de su entidad bancaria, depositaria de todos sus bienes.
Una barbaridad. Si es cierto que estamos saliendo de la crisis –que eso es otro cantar-, que digan en qué condiciones se va a salir. Porque si lo de salir se refiere a la banca y a las grandes empresas, pues que salgan todo lo que quieran, pero una ciudadanía paupérrima, no creo que tenga o le quede ya mucho aguante.
Al fin y al cabo, salir de la crisis significa que se reduzca el paro y que los salarios vuelvan a lugares al menos cercanos a los anteriores. Al don Olli, Rehn por parte de padre, alguien le debería preguntar en el Parlamento Europeo, ese erial al que algunos van a resolver crucigramas y otros a echar una siestecita, que cuando habla de salir de la crisis, de qué crisis y de quienes está hablando. A lo mejor nos aclaramos todos, pero de momento me quedo con unos salarios un diez por ciento menores a los alemanes. Ya les digo, dabuten.