Les bastaron cuatro minutos para dar el golpe en el edificio de la Agencia Tributaria de Huelva y robar 1.000 kilos de hachís del depósito oficial, estuvieron perseguidos por las fuerzas policiales de España y Marruecos durante cinco meses, hasta que le hicieron un pasillo obligado que acababa en el juzgado, y han pasado de puntillas por la cárcel. Los tres cabecillas del asalto, pertenecientes al clan sevillano que participó en el robo están en en la calle tras permanecer sólo dos meses en el penal, según publica Rosa Font en http://pagina3huelva.es/..
Los tres hombres que se convirtieron en directores de orquesta en la Operación Campanada -el robo se produjo en 31 de diciembre de 2012 mientras Huelva cambiaba de año-, F.O.J. (alias El Torna), J.R.B.F. y M.C.L., están en sus casas desde finales del pasado julio por orden del mismo juez que consiguió llevarlos hasta su despacho sin pasar por el calabozo. Lo que se vistió como una entrega voluntaria les ha costado poco más que dos meses tras los muros de la penitenciaría.
Algunos días después, a comienzos de este agosto, salía en libertad otro de los detenidos, J.M.M. De los 14 imputados con los que el Instrucción 5 de Huelva, encargado de la investigación, ha cerrado la causa en seis meses, sólo el vigilante de seguridad de Aduanas F.J.L.R., permanece internado. Este vigilante fue el que presuntamente sacaba la droga del depósito para ponerla en el mercado y facilitó las llaves y hasta el código de la alarma a los traficantes, después de haber recibido presiones y amenazas de muerte.
Los cabecillas del clan sevillano, sobre los que pesan cargos de tráfico de drogas, robo con fuerza y coacciones, lograron escapar de la Policía, mientras que fueron cayendo los demás implicados, en sucesivas operaciones entre Huelva, Sevilla y Cádiz, que se desarrollaron desde el 22 de febrero pasado.
Los tres hombres permanecieron escondidos y huyeron posteriormente a Cataluña. Los investigadores los localizaron en Cornellá (Barcelona) pero no llegaron a tiempo de detenerlos y un mes antes de la presunta entrega al juez (mayo), cruzaron el estrecho hasta el norte de África.
Las comunicaciones y los movimientos de las esposas de estos tres hombres llevaron a la Policía hasta Marruecos, a un punto cercano a Tánger, donde no se les perdió ya la pista.