La tierra de uno es su primera patria. Es evidente. Ahí desarrollamos nuestra primera crianza, nuestros primeros amigo y además podemos haber decidido pasar en ese suelo que nos vio nacer todos nuestros días. Y es una determinación hermosa y noble, no tengo la menor duda. No obstante, hay mundo más allá. Un mundo cuyos acontecimientos influyen en cualquier otra tierra por pequeña que pueda ser. Un ejemplo fácil son los escapes radioactivos cuyas consecuencias se dejan notar en más de un país porque no hay fronteras que los pare. Igual pasa con los conflictos económicos. ¿Quién puede olvidar como el estallido de las hipotecas basura de EEUU arrasó como un tsunami las economías occidentales y que ha dejado la nuestra al borde de la bancarrota? ¿Puede alguien dudar que sus desbastadoras consecuencias nos han afectado hasta tal punto que Huelva se encuentra con desahucios, morosidad, tasas desempleo inauditas y ese largo etcétera que todos conocemos y que arrastramos como una losa de desánimo y desesperanza? Repitiéndome, no podemos sustraernos a la verdad cierta de que vivimos en cascada de causas-efecto sin que podamos librarnos de ellas tengan lugar donde sucedan.
Huelva, nuestra ciudad primero pero la provincia también, no es una verdad pura distinta del mundo que la rodea ni es un planeta que gire en torno a una estrella diferente del sol. Los acontecimientos internos son muy importantes, pero no son pocas las veces que vienen condicionados por decisiones tomadas en otros lugares o por situaciones sobrevenidas fuera de aquí. Las leyes hechas en Madrid nos afectan y así necesitaremos información sobre las mismas y mostraremos nuestro acuerdo o
desacuerdo con ellas. ¿Qué decir de la Junta de Andalucía? Es la administración más cercana que padecemos y por lo tanto sería demasiado candoroso pensar que podemos vivir al margen de lo que haga o que no debemos estar informados de sus decisiones. ¿Alguien cree que las medidas tomadas en el seno de la UE no afectan a Huelva? Sería o ignorancia o inocencia, ambas igualmente malas en el tiempo que vivimos. ¿Afecta la corrupción en España y en Andalucía a los ciudadanos onubenses? Sin duda. El dinero público sustraído en Madrid, Barcelona, Valladolid, Murcia o Sevilla, por citar algunos lugares, es dinero que corresponde a todos los ciudadanos, a los de Huelva también, y bueno será que todos conozcamos quiénes, de qué modo y por qué se hace para denunciar públicamente y en privados esas barbaridades con las que tenemos que vivir.
Ya en el año 165 a. C., escribía Publio Terencio el Africano su célebre frase
«Homo sum, humani nihil a me alienum puto», o en castellano, «Hombre soy, nada humano me es ajeno». Ninguno de nosotros debe sustraerse de las cosas que pasan en nuestra ciudad y mucho menos de la lucha necesaria para cambiarlas si no nos gustan, si creemos que una administración diferente podría ayudar a una vida más agradable y a una ciudad más ciudadana, si se me permite. Pero tampoco podemos olvidar que será bueno conocer cualquier experiencia venida de otro lugar y que lo que nos ha empobrecido a todos es común y no exclusivamente nuestro. La crítica a lo que sucede en Huelva y la alternativa a esa situación es imprescindible, pero no debemos caer en la trampa en la que ya vivimos, donde una administración endogámica y sólo interesada en las tradiciones de la ciudad nos ha venido a convertir en la ciudad más provinciana del mundo, con menos vida interior y donde es impensable que
nuestros hijos, casi nosotros mismo, puedan soñar en un futuro con posibilidades. Los ciudadanos onubenses deben conocer de primera mano qué es lo que se hace desde la administración de la ciudad, pero también las medidas que pueda tomar Diputación, la Junta de Andalucía, el Gobierno Central y la UE cuando nos afecta a todos. Y no solo eso, también los errores cometidos en otros lados y que nosotros no debemos repetir, las estafas y robos de dinero público que nos repercuten, los actos inadecuados de los ex cargos públicos que indignan y recordar de qué formación viene cada uno. Además, creo que las acciones que partidos políticos nuevos estén llevando a cabo para que el Estado al que pertenecemos sea más justo, sensato y verosímil deben ser de conocimiento general. Eso, me parece, también es hacer patria chica y se me antoja esencial cuando deseamos un cambio hacia la pluralidad y abierto a las cosas nuevas.
1 comentario en «EL LABERINTO.
Del localismo.
[Javier Berrio]»
Nada de lo que es autor el ser humano, nos es ajeno. En una sociedad moderna como es la que nos correspondería vivir, cada ciudadano debería dejar de ser meramente un número, que es en definitiva como nos tratan en todas las Administraciones, tanto para sus particulares estadísticas como un número en el Censo, el que figure tu nombre y apellidos es para< dulcificar nuestro pequeño papel asignado de votantes, consumidores, trabajadores o parados, pensionistas o jubilados y poco más. Luego, en esos Plenos van y se lo montan a su manra. Los números, es decir, todos nosotros quedamos apretaditos en un dvd o un listado en cualquier estante. ¡Cuanto me gustaría hacer por mi Patria Chica!….pero no nos dejan.