(Texto: José Antonio Teba Barragán) Una de las grandes incógnitas e incertidumbres de la crisis financiera europea, es como van a hacer frente a dicho colapso los distintos países con entidades financieras infectadas. La buena marcha de estas empresas es esencial para la sociedad de hoy día. Ahí la importancia de buscar la solución más adecuada a sus problemas.
Hay países como Islandia y Chipre que han sufrido el mismo problema y han actuado muy diferente a España. Reestructuran y nacionalizan bancos con problemas, se garantizan los depósitos con presupuestos públicos y los inversores que arriesgan su dinero se quedan sin él. Aquí pierden todos, los ciudadanos al garantizar los depósitos e inversores que arriesgaron mal su dinero.
El modelo español defiende que solo hace falta tiempo para que la receta funcione. Todo se basa en prestarle dinero a los bancos con problemas, estos negocian con él y obtienen rentabilidad, para adelante poder devolverlo.
No contentos con 110.000 millones que se les dio entre 2008 y 2012. En 2013 nos acogemos al fondo de rescate europeo y este nos presta 51.500 millones que los españoles avalamos y se los dimos también a los bancos. Solo con tiempo se pretende que los bancos nos devuelvan ese dinero y nosotros a Europa (con sus respectivos intereses). «Y aquí no ha pasado nada»
Pero algo parece que no ha funcionado como debería. Ya que 35.000 millones de los 51.500 millones del fondo de rescate se consideran perdidos por parte del estado, es decir, de los contribuyentes.
El FMI considera que los bancos solo podrán devolver unos 60.000 millones de los 161.000 totales, esto quiere decir que el resto lo pagaremos aquellos que pagamos impuestos y sufrimos recortes. Tengan en cuenta que solo en sanidad y educación se recortaron 10.000 millones, imaginen lo que nos queda.
Mientras tanto el estado asegura que los inversores no pierdan nada.
Aquellos que nos prestaron el dinero para salvar los bancos, han conseguido lo que muchos españoles deseamos. Nada más y nada menos que poner de acuerdo a los dos grandes partidos del país. Aprobando de forma conjunta el 27 de septiembre de 2011, la reforma del artículo 135 de nuestra constitución. En el que «el pago de este tipo de créditos goza de prioridad absoluta».
Mi desacuerdo con este modelo no puede ser mayor, ya que no solo se va de rositas aquel que arriesga su dinero, sino, que le garantizamos el cobro a nuestra costa. El precio que todos pagaremos es demasiado alto.
Todo el dinero que los ciudadanos les damos a los bancos es debido a dos motivos: uno de ellos es el descalabro social que podría causar una quiebra bancaria y el segundo es el mero hecho de seguir garantizando la inversión y confianza en nuestro país. Porqué nosotros no damos ese dinero con las mismas garantías que los inversores extranjeros, a estos se les garantiza la rentabilidad por encima de nuestro bienestar. Ese dinero que sale de nuestro bolsillo podríamos haberlo invertido obteniendo un trato “preferente”.
Los ciudadanos españoles no permitiremos que seamos los únicos que carguemos con las consecuencias, no accederemos atraer inversión a cualquier precio, no admitiremos que dependamos de ellos, no encajaremos ser esclavos de su poder, ni aceptaremos sus intereses porque es nuestro futuro. Yo no debería pagar el riesgo que asumen otros.
¿Y tú?
Buena Suerte.