(Texto; Esperanza Ormedo Mulero) Mientras un cordobés demuestra con pruebas de ADN que el supuesto cadáver enterrado de su hermano gemelo no pertenece a su familia, una familia onubense pudo demostrar que nunca existió cuerpo de bebé en la tumba familiar donde se supone que fue enterrado dicho bebé junto a su madre fallecida tras el parto.

Andrés Cepas, gemelo nacido hace 28 años en el Hospital Provincial de Córdoba. Su hermano fue robado al nacer. María de los Ángeles Bautista Jiménez (familia Moreno), dio a luz el 12 de septiembre en un Hospital de Huelva. Su bebé nunca fue enterrado.

Dos exhumaciones llevadas a cabo por el mismo Laboratorio, Neodiagnostica Lab. Huelva, realizada en el mes de julio, con un triste resultado, el de encontrar una tumba vacía. Una familia que durante décadas pensó que el bebé estaba enterrado con su madre, con entrada de enterramiento en el cementerio de La Soledad el mismo que día que nace. Según el documento de defunción encontrado recientemente aparece enterrado en fosa común. Un niño que nunca fue enseñado a los familiares. Sólo contaron con una versión, la de una monja diciendo que el bebé había nacido con un peso aproximado de 6kg, además de haber nacido con dientes: “Nunca supimos realmente porqué murió el niño –cuenta David Moreno-. Córdoba, tan sólo dos meses después, concretamente en el mes de septiembre. Cuerpo enterrado en el Cementerio de San Rafael,y que supuestamente pertenecía a su hermano gemelo. Finalmente, tras el análisis de ADN, se ha descubierto que los restos enterrados durante 28 años pertenecen a una niña sietemesina sin relación genética de parentesco con su familia.

Hablamos de un embarazo a término y de una madre anestesiada que tras abrir los ojos después del alumbramiento se encuentra con el dolor de un hijo fallecido: “Nos dijeron que el niño había muerto por la anestesia que le pusieron a mi madre –cuenta el propio Andrés-. Mi hermana María José, que tenía diez años, recuerda que lo enterraron el mismo día. Bajaron al depósito a por el cuerpo y vieron de lejos a una enfermera guardando algo entre algodones. Luego fueron al cementerio y enterraron la cajita. Todo mentira –prosigue Andrés- A la vuelta una monja, Sor Manuela, le contó a mi hermana que el bebé había recibido el agua de socorro y que no se preocupara que no iría al limbo”. Andrés y su hermana no han encontrado ningún documento que acredite que el bebé recibió ese sacramento, ni ningún otro.

Andrés y María, María y Andrés, dos familias unidas por el dolor de un bebé robado al nacer. Dos familias desamparadas por la JUSTICIA ESPAÑOLA ya que sus casos han sido archivados por prescripción. ¿Prescribe el dolor de una madre robada? Según la Justicia “SÍ”.

Dos niños criados en distintas familias de sus verdaderos padres. Toda una vida llena de INCÓGNITAS,SOMBRAS Y MENTIRAS. ¿Quién pagará por el daño causado? ¿Dónde están los niños? ¿Quién se los llevó?

Hoy por fin podemos demostrar que las madres nunca estuvieron locas.