Hacen ropa para bebés. Pero no lo único. Porque Rosario Rodríguez Martín y su hija, Rosa María Morgado Rodríguez, tienen una larga historia a sus espaldas. Uno de esos pasados que cuando lo escuchas te obliga a pensar y a preguntarte por el sentido de la vida y si realmente hay personas que cuando nacen están llamadas a cumplir una determinada misión. Es precisamente el caso de Rosario Rodríguez, que ha convertido su pasión por vestir a Niños Jesús en la columna vertebral de su existencia. Ahora tiene una tienda (web: www.rosariorod.com; facebook: https://www.facebook.com/RosarioRodModa) de complementos y regalos, por supuesto para bebés, que ha impulsado Rosa María Morgado para dar respuesta a los anhelos de su madre.
Rosario, sin saber ni cómo ni por qué, siempre ha sentido que lo suyo es sacar a la luz esas figuras de Niños de Dios que andan ocultas por los rincones de muchos hogares. Hasta el punto de que numerosas veces ha comunicado a personas absolutamente desconocidas el lugar exacto donde deben buscar para encontrar ese Niño Jesús que ni siquiera saben que existe. Y no sólo eso. Además confecciona la ropa sin ver la imagen ni tomar medidas. En más de una ocasión ha entregado vestiditos ya hechos sin haber tenido referencia alguna. Y lo increíble, casi lo milagroso, es que siempre quedan como un guante.
Es un misterio de su vida que se suma a muchos otros. Uno de ellos, quizás el que más le ha marcado, fue el que vivió estando embarazada de su segundo hijo. Corría 1972 y soñó que Jesucristo le hablaba para decirle que debía cortarse su melena y guardarla para cumplir una misión que se revelaría pasados los años.
Y así pasó. Mucho tiempo después, en el año 2006, le llegó la señal cuando se encontraba frente al Cautivo en la parroquia mayor de San Pedro de Huelva. El Cristo necesitaba pelo para su imagen y el que cumplía exactamente con las necesidades era el que Rosario había guardado durante 34 años. Vio cumplido su sueño el 27 de febrero de 2007. Desde esa jornada el Cautivo luce la melena que un día llevó ella.
Hay más enigmáticos episodios en la vida de Rosario Rodríguez, una mujer que ayuda de forma espontánea al prójimo y que tiene una especialísima sensibilidad para detectar situaciones y ver más allá que otras personas. Es su destino y lo encara con la responsabilidad de quien conoce que entre sus manos porta una materia sumamente frágil.
Con el paso de los años, su hija se ha implicado de forma directa en el buen hacer de Rosario y ha puesto los medios para llevar su arte a todos los bebés. Su pasión continúa siendo vestir Niños Jesús, pero en la actualidad también saca tiempo para, de forma absolutamente artesanal, hilo a hilo, puntada a puntada, confeccionar ropa y complementos para recién nacidos. El terreno no le es ajeno. Y prueba de ello es que cada persona que recibe la obra de Rosario da testimonio de la perfección que encarnan sus trabajos. Madre e hija, hoy, Día de la Inmaculada de 2013, se sienten orgullosas de ello.
