Cuando se empezaron a escuchar las primeras notas de la guitarra, que tan magistralmente toca José Andrés Menguiano, ya sabíamos que la Salve «Eres Tu dulce Señora», en la voz de Desireé Márquez, iba a hacer que nuestros corazones derramara muchos sentimientos la noche del viernes.
¡Y así fue! Porque esa voz, fuerte y emocionada, de esta rociera inundó cada rincón de la Casa Hermandad con ese canto tan hermoso mientras no dejaba de mirar a la Madre de todos los rocieros.
Además, Desiré quiso dedicar tres sevillanas a Isla Cristina, a nuestra Hermandad, reflejando en ella el amor incondicional que los rocieros isleños sentimos por la Madre de Dios y una, especialmente, a Manuel Rodríguez Roldán «El Testa», Carrero que durante muchos años acompañó a la Hermandad isleña por esos caminos que nos acercan hasta la Aldea y con la que él quiso agradecer, con la emoción contenida, a las personas que en su día le confiaron tan maravilloso trabajo como fueron, Paco El madrileño, Angel Luís, Diego Ortíz y, especialmente, a Manuel Moreno (Pañero).
Y para culminar una noche más de convivencia rociera, Desiré cantó un fandango de nuevo acompañada por José Andrés Menguiano, maestro sin duda de la guitarra, que con sus notas dió paso al pequeño de cuatro años Diego Abrahán Menguiano, su hijo, quien se arrancó con un fandango que rompió el silencio de la noche con la ovación que se llevó.
Así que a todos, a las rocieras y rocieros isleños y a los hermanos y hermanas que «arrastraron» Desireé y Jose Andrés de la Hermandad de Emigrantes, gracias por la noche tan hermosa que nos hicieron vivir.