Cada vez estoy más convencido de que las campañas electorales las hacen los medios, por encima de los programas, mítines, debates y entrevistas. Y, por supuesto, por encima de los candidatos y candidatas que, humanos como son, caen presos de sus propias declaraciones, lapsos y pasados. Para empeorar las cosas, está la crisis de las ediciones impresas, con lo que las opiniones que entran por los oídos y las imágenes ganan por goleada. Han aparecido opciones, con nombres inventados y nacidas de tertulias televisivas que van a pelear por un escaño, una dieta, un hotel y un viaje periódicos con quienes han hecho de la política su forma de vida, no siempre para mal.
No se trata de negar ningún derecho, ni de apelar a ninguna clase de voto útil, sobre todo porque no se sabe exactamente qué es eso de la utilidad en este caso, sino de recapacitar sobre que esta campaña, basada en tres eslóganes, ha calado de tal manera que el domingo, cuando se haga el escrutinio, se volverá a incidir en ellos; bueno, y que todos han ganado, que es discurso común en cualquier convocatoria.
Los titulares serán que ha habido poca participación, que los candidatos no han hablado de Europa, sino de la política nacional y de las frases desafortunadas y que gana Alemania, como en los antiguos mundiales de fútbol.
Les confieso que yo, que me levanto oyendo la radio y que leo prensa, normalmente a través de este medio, sí he oído propuestas europeas y sí he diferenciado a quienes pregonan por pregonar, con lucida oratoria y a quienes desean que las cosas se hagan de la misma manera o de una manera distinta. Y si no hubiera tenido decidido el voto, estos mensajes me hubieran convencido, a lo peor de de votar en blanco.
La realidad de Europa hace que el sentido común excluya las formaciones que desean usar las reglas y las instituciones para después romperlas, a los insumisos vocacionales y a los cantamañanas televisivos. Esto es una cosa seria y, si no, parémonos a pensar que teníamos y qué tenemos y qué podríamos tener, pero esto es ya meterme en camisas de once varas y escribo esto en la jornada de reflexión.
1 comentario en «VENTANA DEL AIRE.
De campañas.
[Juan Andivia]»
Y no se, pongamos que alguien no esta contento con el panorama actual (creo que muchos encontramos motivos justificados para eso), pongamos que parte del problema o de lo que queremos cambiar son las reglas e instituciones que tenemos (podemos ahondar en eso en otro post :D, pero no me parece descabellado), entonces si no usamos las reglas que hay y las instituciones que hay solo nos quedaría la violencia u otras alternativas igual de peligrosas… Nuestro sentido común es claramente distinto, a mi la realidad de Europa y mi sentido común me lleva a descartar a los que han montado ese tipo de Europa, con las consecuencias que veo que tiene. De acuerdo en que es una cosa seria, es necesario pensar que tenemos y que vamos a tener si seguimos este guión que nos están haciendo seguir. Cantamañanas los hay en la televisión y fuera de ellas, y las alternativas, que salen en televisión menos que los otros porque no poseen en propiedad ningún canal, no salen de la televisión salen de movimientos sociales…