En la batidora eléctrica ponemos un par de cucharadas, de las de café, de mostaza, una hoja de laurel, un chorreón generoso de vinagre de vino blanco, tomillo y pimienta al gusto de cada cual, un buen chorreón de aceite de oliva, otro de agua y sal. Se bate todo bien y se echa por encima de unas chuletas de cerdo blanco, dejando que maceren toda la mañana. Luego de macerar se sacan, se escurren y se pasan por la plancha un minuto por cada lado. Se ponen en una fuente de horno, se añade un poco del adobo en el que estuvieron toda la mañana y al horno con ellas. Mientras se hacen ponemos en un cazo azúcar moreno y vino tinto. Se le mete caña y se hace un sirope de vino con el que luego regamos y adornamos las chuletas. Ea, hasta luego.