Cuanto más tiempo pasa, más pierde Huelva sus referentes propios, su espíritu nacional andaluz. Habrá que hablar sin ambages y llamar a cada cosa por lo que es. Si en mi vocabulario siempre ha aparecido el término país para Andalucía (por aquello del paisanaje y de la moderación), justo es decir lo que realmente es. Andalucía es una nación porque le corresponde el tal concepto: conjunto de los habitantes de un país regido por el mismo gobierno, territorio de ese país y conjunto de personas de un mismo origen, que generalmente hablan un mismo idioma y tienen una tradición común. Diccionario de la RAE, 22º edición, acepciones 1, 2 y 3). Por supuesto, los diferentes estratos de colonizaciones que han ocupado su suelo, ade,más de los autóctonos, se suman unos a otros para dar el tipo acabado actual, el andaluz tal cual, desposeído de conciencia por el machaque de la enseñanza histórica oficial y por una enculturación que hace que el andaluz se reclame como el español más español de cuantos existen.
¿Supone la falta de conciencia nacional andaluza en estos momentos que Andalucía deje de ser una entidad nacional nítida diferenciada por el este por Portugal y por el norte, por España (la idea tradicional que tenemos de España?)El nacionalismo andaluz puede ser de muchos tipos porque, como pasaba en Cataluña hasta hace bien poco, unos se conformaban con un amplio poder político y económico sin apelar a la independencia (CiU o PSC´), mientras ERC, por ejemplo, siempre ha sido partidaria de la independencia y el Estado propio. El PA, que se podría calificar entre aquellos como CiU e incluso más moderado, ha dado un gran servicio a Andalucía en momentos históricos altamente complicados pero su momento pasó hace tiempo. Incluso para representar ese nacionalismo edulcorado, el PA tendría que dar paso a otra organización y permitir así el nacimiento de un movimiento nacionalista andaluz con claridad en los objetivos y en contacto directo con la realidad para informar y modificarla.
¿Habría de ser el fin último del nacionalismo andaluz la independencia? No necesariamente. El agotamiento de las posibilidades del actual Estatuto podría llevarnos muy lejos en la autoadministración y prepara el camino para que Andalucía se convierta en un ente federado en el conjunto del Estado español una vez éste haya modificado su concepto actual y permita la pervivencia de realidades nacionales en su seno sin ese sentimiento que los españolistas exhiben de pérdida de la “nación”, de lo que ellos siempre, de forma equivocada desde mi punto de vista, han entendido como nación.
¿Podrían los partidos localistas ayudar en ese sentido? Sin duda, admitiendo en sus programas y en sus actuaciones cotidianas la transversalidad de lo andaluz, el permanente reivindicativo que deben ser todas las actuaciones desde los consistorios, siendo como son esas entidades las más cercanas a los ciudadanos. Y por cierto que ese otro supuesto del que debe huir un nacionalismo andaluz sano es el de considerar los valores propios en sentido centrípeto, sino muy al contrario, abrirse a todas las realidades del mundo, tal como ha sido la construcción nacional de esta tierra hoy abandonada por la administración central y por la que le es propia. Cualquier partido de obediencia centralista obviará a Andalucía, sus realidades y sus necesidades porque tratan a Andalucía como un apéndice más de esa España grande que siempre han soñado en detrimento de partes tan sensibles como Andalucía. Ojalá se consiga alguna vez que estas palabras, junto a la de otros muchos, no sigan siendo solo voces lanzadas al viento.
1 comentario en «EL LABERINTO.
Los referentes andaluces.
[Javier Berrio]»
Esto es una diarrea mental. Ni condiciones geográficas, ni físicas, ni idiomáticas. Así se empiezan a forjar las locuras de las que la historia de España está llena.