El Sr. Presidente del gobierno de España, D. Mariano Rajoy, pide disculpas a los ciudadanos por haber confiado en personas que no eran dignas de esa confianza. Lo mismo hizo cuando estalló el caso Bárcenas y sus papeles, anotaciones en las que no olvidemos, se señala directamente al Sr. Presidente y a algunos de sus colaboradores directos. Esperanza Aguirre, acosada por el caso de su expresidente y otros militantes populares colocados en cargos de máxima confianza, hace lo propio mientras su ex número dos ingresa en prisión. En el PSOE se comportan como si esto fuera únicamente cuestión del PP, cuando las aguas también corren muy sucias en la formación socialista o lo que sea ese partido. Véanse si no sus propios detenidos, el caso de los EREs en Andalucía, los cursos de formación de UGT, la imputación de los dos ex presidentes de la Junta, de Madelena Álvarez, etc.
La corrupción es endémica en la clase política dentro del Estado porque la Constitución del 78 trajo un régimen corruptible y ya viciado por las costumbres del franquismo. He opinado, comentado, escrito y dicho directamente ante las cámaras que el régimen del 78 es algo que necesariamente hay que superar. . La semana pasada,Carlos Quintero, portavoz de Podemos en Huelva, decía exactamente los mismo en La noticia opinada. Cuando le pregunté si el proceso constituyente por el que ellos abogan, al igual que IU, no nos traería un constitución de corte socialista, me contestó que no, aunque todo hace sospechar que si no están balanceados por regeneracionistas de centro y derechas, ahí acabaría todo.
Yo tengo mis dudas porque, lamentablemente, no tenemos partidos en el centro político ni en la derecha civilizada, formaciones que deseen un régimen nuevo bajo la forma republicana, con constitución claramente laica y que ponga todos los límites posibles, y más, a los intentos de corrupción inherentes, parece, al ser humano. Fíjense que volvemos a tener el problema con Ciudadanos o UPyD, partidos que apoyan la regeneración democrática desde la derecha liberal, al menos en el caso de C’s, pero sin ruptura. Mi idea es que cualquier medida que suponga profundización en el estado democrático y descentralizado, sea bienvenida, pero también ha de garantizar la igualdad de oportunidades para todos, algo que hoy día está flanqueado por el amiguismo y la oligarquía partidista. Además, la reforma de un documento viciado seguirá viciado en mayor o menor medida. Desde un nuevo parlamento, con grupos ya claramente rupturistas y republicanos, habría que comenzar conversaciones para reformar la actual constitución hasta que sea posible ese proceso constituyente y se pregunte a la ciudadanía sobre la forma de Estado.
Las fuerzas políticas tradicionales son incapaces de superar la crisis. Baste ver la realidad de la calle en el conjunto del Estado y en Andalucía, un país que gobernado por socialistas y comunistas, mantiene los niveles de desempleo en un 35% propio del subdesarrollo. Creo necesario la eclosión de fuerzas nuevas en el arco político del Estado y esencialmente en Andalucía donde, gobernado por un partido convertido en régimen, nunca saldremos de unas estructuras productivas obsoletas, no generadoras de empleo y propias del siglo XIX. Insisto en que además de los partidos mencionados, Andalucía precisa uno de carácter nacionalista capaz de vertebrar con el tiempo la voluntad de Andalucía hacia fórmulas novedosas y capaces de convertirnos en ese motor de la economía del Estado que podríamos llegar a ser.