La delegada territorial de Igualdad, Salud y Políticas Sociales, Lourdes Martín, ha asistido en el colegio Fuenteplata de Gibraleón a uno de los diez talleres organizados en la provincia de Huelva dentro del programa ‘La Violencia No es un Juego’, una iniciativa de coeducación promovida por el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), organismo dependiente de la consejería del ramo, con la finalidad de trabajar con la población infantil en la eliminación de estereotipos machistas, la resolución pacífica de conflictos y el desarrollo de relaciones humanas igualitarias y libres de violencia de género. En el acto ha estado acompañada por la coordinadora en Huelva del IAM, Eva Salazar.

Además de en la localidad olontense, esta actuación, dirigida de forma específica al alumnado de tercer curso de educación infantil y de primero, cuarto y quinto de primaria, se ha llevado a cabo a través de la celebración de talleres coeducativos en colegios de otros nueve municipios onubenses -Galaroza, Fuenteheridos, Beas, Campofrío, Escacena del Campo, Paterna del Campo, Cartaya, Isla Cristina y Paymogo-, impartidos en horario lectivo por una persona profesional experta en género.

Los talleres han ido enfocados, por un lado, al alumnado de tercero de infantil y primero de primaria (entre 5 y 7 años), ya que en estas edades se crea la propia identidad, se comienzan a entender las consecuencias de las conductas propias y ajenas y se empiezan a analizar las diferencias de género que la sociedad establece. Se considera éste un momento óptimo para prevenir el machismo, las relaciones de abuso y la violencia.

Con este grupo, los talleres giran en torno a una representación teatral, donde la docente interpreta a una duenda ‘despistada’, ‘Mijita’, que busca ayuda en los colegios a los que va para poder cumplir su mayor sueño: ser la protagonista de su propio cuento, en contra de lo que se espera de ella.

A partir de ahí se trabaja, a través del juego cooperativo, en la idea de que niños y niñas pueden hacer las mismas cosas, enseñando así al
alumnado a distinguir entre las diferencias biológicas y culturales, a reconocer y gestionar de forma positiva las emociones y sentimientos, a
desmontar roles tradicionales de género y a respetar a las demás personas.

El segundo tipo de talleres va destinado a cuarto y quinto de primaria (entre 9 y 11 años), donde comienzan las relaciones afectivas, la atracción por otras personas y la reproducción de muchos estereotipos sexistas aprendidos a través de multitud de canales. Esta edad, previa a la adolescencia, se determina como idónea para generar un espíritu crítico, replantearse lo aprendido y atajar a tiempo el machismo y la violencia de género.

Dichos talleres trabajan en la teoría sexo-género, la reflexión sobre productos culturales que perpetúan las desigualdades, el fomento del respeto y la resolución pacífica de conflictos y en la corresponsabilidad. Con el apoyo audiovisual, la metodología está más centrada en el diálogo y en el intercambio de ideas, con la intención de hacer reflexionar al alumnado y favorecer posturas más críticas.

Para el IAM, el mejor cimiento de cara a construir una sociedad igualitaria es la coeducación, concepto con el que se denomina a la educación en igualdad, desde edades muy tempranas, toda vez que desde la infancia se aprenden los roles y modelos de comportamiento. Por ello, este organismo autonómico insiste en que, si se genera un espíritu crítico e igualitario desde el principio, se contribuirá a que generaciones futuras sepan detectar y desmontar la estructura machista que se reproduce en la sociedad a través de la moda, la cultura, la religión, el cine, la televisión, los videojuegos, etc.