Esta semana nos hemos llevado la inesperada sorpresa del fin del bloqueo a Cuba. Con toda la cautela que el acto encierra, tanto por la liberación de presos americanos como por la apertura al comercio exterior después de tanto tiempo, la noticia en principio pinta bien.
Siempre me ha llamado la atención la imaginación de los cubanos para diseñar las más inverosímiles balsas con el fin de huir hacia la libertad, aquella que la revolución consiguió derrocando la dictadura del General Fulgencio Batista allá por 1959 con la llegada al poder del líder del Ejército Guerrillero Fidel Castro y luego, les fue arrebatada suprimiendo a “los vencedores” las libertades económicas, de expresión y de circulación.
Hoy empiezo a sentir que a nosotros también se nos están arrebatando, al menos de momento, la de expresión que empieza a correr un serio peligro y no en vano la prensa europea reseña que el anteproyecto de Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana que el Consejo de Ministros aprobó el pasado viernes nos lleva “camino a una dictadura” y “amenaza a la democracia”.
¿Se dejará de escribir, comentar u opinar cualquier tipo de tema relacionado con aspectos políticos por el temor a lo que pueda suceder en un futuro próximo? Está surtiendo efecto el aviso de ¡que viene el lobo! y posiblemente ante un inminente periodo electoral se consiga mitigar o atenuar cualquier tipo de atisbo de manifestación o protesta popular por la amenaza de ser tildada de extremista o terrorista y tratada como tal.
El ataque a la sede del PP en la calle Génova con el artefacto explosivo y las bombonas de butano, a todas luces censurable, se analice como se analice, denota un descontento y demostración de ira contra una clase política empeñada en hacernos ver que “España va bien”, pretendiendo incomprensiblemente que comulguemos con ruedas de molino.
Espero que no tengamos que ser los próximos balseros dado que convertir un coche en barco, aunque tiene su encanto, no debería ser una salida para nada pero al ritmo que vamos nos vemos utilizando las pateras de los que vienen en busca del sueño español, quizás pronto pesadilla, para navegar en pro de una libertad que a día de hoy, aquí, se encuentra en peligro de extinción.
1 comentario en «Laberinto social.
De balseros, pateras y libertad.
[Federico Soubrier]»
Compañero Federico, creo que haciendo el planteamiento que sobre Cuba, sobre la Cuba revolucionaria has dibujao al inicio del artículo estas demostrando cierto desconocimiento sobre los temas que abordas y, fundamentalmente, como lo calificas. Espero que esta nueva victoria de Cuba sobre la potencia más agresiva de la humanidad te haga interesarte lo suficiente como para apeles en próximas referencias a la verdad sobre la liberación de los presos, libertades económicas, de expresión y de circulación en la isla. En la tierra de Martí y también de Bolívar los pueblos se pueden enfadar contigo…..
Un saludo