(Texto: Carmen Palanco) Patricia Chapela Cabrera es una historiadora onubense especializada en patrimonio minero, con profundas raíces tharsileñas, que viene poniendo en valor la herencia de la minería onubense de la mano de A Cielo Abierto; un estrado en donde el patrimonio, el turismo y el desarrollo, enmarcan rutas que diseccionan los enclaves mineros de un Tharsis que muestra su esplendor a los que alguna vez la acompañamos.
No pasa desaperciba su labor si la ves impartir sobre el terreno una clase magistral de historia en donde queda latente el compromiso con su tierra. Muchos somos lo que volvemos llamados por una causa, la suya, heredada sin saberlo desde el primer momento en que decidimos responder a su llamada y pusimos los pies en Tharsis, los que llegan por primera vez, lo hacen atraídos por una oferta distinta que habla de minas y de paisajes diferentes, aun sin saber que esos paisajes contienen una historia que sobrepasa lo predecible y termina siendo la suma de lo que supone pertenecer a un patrimonio único en el mundo. Patricia lo sabe y lo trasmite, lo ha bebido desde niña, lo ha amado desde que obtuvo el primer latido en el vientre de su madre, lo lleva en la sangre, lleva diluido el arraigo del lugar de donde se es, hayas nacido dónde hayas nacido. Haya soportado distancias e infinitos la identidad es algo que se posiciona con la voluntad de la raíz que la precede y te atrae poderosamente al sitio del que sientes pertenecer. Patricia se perfecciona, estudia constantemente, extrae de la tierra todo aquello que el mineral expone y lo que atesora sus profundidades con las humanidades que la conforman. Ella traza un puente al pasado y te conciencia cada vez que habla de cómo era la vida del minero y sus valores, de lo que le suponía amanecer con la muerte al final de un pico y anochecer con el descuento de las horas que lo regresaría a las oquedades donde su trabajo era motivo de orgullo y no de desgracia. Ella nos hace mirar las extensiones perforadas recreando con palabras ceñidas la realidad de aquellos tiempos. Fruto de la seriedad con la que imparte sus semblanzas, Chapela abre una brecha en ese lugar del andévalo y nos hace conscientes de la totalidad que supone conocer y admirar lo que nos define y nos enriquece.
Es un impacto emocional el cielo abierto de Tharsis. Da techo a sus conceptos, a su ágora de intenciones, a sus tradiciones, a un horizonte salpicado de molinos; bajo ellos las voces antepasadas se abren paso con un eco que viene de una entraña cincelada que aún tiene mucho que decir. Patricia lo interpreta convertida en un quijote que capitanea una labor tan profunda como su mina y que se alza victoriosa cada vez que alguien comienza a entender y a valorar su propio patrimonio, el que se nos es dado en cualquier lugar de la provincia. Sin duda, el pulso que nos despierta nos hace mirar a nuestras cercadas superficies y la visión de tu propia tierra, recién amanecida, te hace sentir ser más de ella de lo que creíste nunca.
Estas son las actitudes que dan curso a las obras que ahondan en lo vital, en el conocimiento de lo que cubre el cielo de una Onuba minada de latitudes extraordinarias, este es el testigo de una historiadora que ha decidido pasearnos sobre sus piedras para sembrarlas.