15 diciembre 2024
Andalucía necesita menos
Andalucía necesita menos

VENTANA DEL AIRE.
Titulares.
[Juan Andivia]

andiviaGHace años, leía en un diario de Sevilla: “Cultura expedienta una obra de Menéndez Pelayo” y aunque desconozco los análisis reólicos de superficie, he leído algo del erudito cántabro y me eché a temblar. ¡Claro!, se refería a la calle de ese nombre, como podría haber inferido del antetítulo: “Por presuntas infracciones contra el patrimonio arqueológico”; además, después se aclaraba todo y se incluía en las páginas locales.

Parece que los libros de estilo, aun necesarios, siguen cogiendo polvo en las estanterías, porque en cualquiera de ellos se dice que los titulares han de ser inequívocos, concretos, accesibles y varias cosas más. La verdad es que, como el medio en que salía gozaba de mis preferencias, me extrañé momentáneamente; aunque para extrañezas, el grado de perversión al que ha llegado el español en la prensa escrita hispanoamericana: “Ficrea, lavadora de dinero, consideran expertos” o “Caída del crudo pega a la balanza de Pemex”, hoy en El Universal, de México; “Terminó crisis con 4 rehenes muertos en París. Abatidos terroristas”, en La Opinión, de Colombia”; “Muestran desinterés por los cortadores de caña de Los Reyes”, en La Voz, de Michoacán; “Reanudarán el diálogo para la reforma del Código Laboral”, en Listín Diario, de República Dominicana; “General cumple pena de arresto a rigor por sus dichos”, en La República, Montevideo.

Las características más comunes son la inversión del orden natural sujeto-verbo, la omisión de los artículos y, sobre todo, el alejamiento de la claridad y de las normas elementales de nuestra sintaxis, que es la de ellos todavía.

En España se pueden encontrar titulares ambiguos, pero no se roza este descalabro; sin embargo, no quiero cantar victoria, no vaya a ser que abra algún medio escrito y me encuentre con el título de una película, una canción, un refrán o una frase hecha para desarrollar después una idea distinta, que esa es otra.

Y todo lo anterior para no repetirme y, tras comentar la barbarie, concluir que moi, je suis Charlie, aussi.

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