Durante los últimos cinco años, Cruz Roja Huelva ha canalizado las ayudas donadas por los onubenses hacia Haití y varios voluntarios onubenses han participado primero en la situación de emergencia y luego en la reconstrucción del país tras el devastador seísmo que dejó más de 200.000 personas fallecidas y 300.000 heridas, y afectó a otros 2 millones de haitianos, de los que 1,5 millones se vieron obligados a desplazarse en un país cuya pobreza se vio aún más agravada por esta catástrofe.
Cinco años después del terremoto de 7,3 puntos en la escala Ritcher ocurrido el 12 de enero de 2010, Haití sigue necesitando ayuda para superar las dificultades derivadas del terremoto y otras relacionadas con su situación de pobreza, especialmente la falta de infraestructuras y servicios, enfermedades como el cólera y los altos índices de contaminación. Por todo ello, la solidaridad de Cruz Roja Huelva continúa cinco años después y, además de seguir canalizando recursos, un voluntario onubense se ha desplazado durante varias semanas a Haití para seguir contribuyendo a la recuperación del país y a que no se olvide la situación de los miles de damnificados.
El voluntario de Cruz Roja Huelva Domingo Peral, especializado en Informática y Telecomunicaciones, ha participado en la reparación y recuperación del servidor informático de las zonas de Léogâne y Jacmel, al oeste de Puerto Príncipe, inutilizado por las continuas subida y bajadas de tensión que sufren las infraestructuras eléctricas de Haití, ya de por sí deficientes pero que quedaron destrozadas tras el terremoto.
Después de varios intentos fallidos de recuperar el trabajo realizado durante casi cinco años, Cruz Roja Española decidió enviar a la zona un técnico especializado en Informática y Telecomunicaciones para trabajar sobre el terreno, una labor para la que resultó elegido el voluntario onubense, quien ha trabajado para recuperar la información del servidor, realizar una auditoría de todo el material informático disponible en el país y repararlo en el caso que fuese posible. Además, Domingo Peral ha trabajado para adecuar la red de datos existentes a la realidad actual del país, a fin de evitar posibles daños del sistema de datos en el futuro, y todo con el objetivo de seguir recuperando las infraestructuras devastadas en Haití.
Esta aportación es solamente un grano de arena en la labor realizada en estos cinco años. Tras el terremoto, el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja puso en marcha, junto a la Cruz Roja Haitiana, la mayor operación humanitaria de toda su historia en un solo país. En apenas 72 horas se desplegaron más de 20 unidades de respuesta ante emergencias especializadas en agua y saneamiento, telecomunicaciones, alojamiento, salud y distribución de material de primera necesidad para la población afectada.
Cinco años después, Cruz Roja Española continúa trabajando en Haití. En los primeros momentos de la emergencia, su labor se centró en acciones de ayuda humanitaria como la distribución de agua potable, saneamiento y promoción de la higiene en los campos de desplazados en Puerto Príncipe, capital del país.
Tras el desastre y después de atender las necesidades más urgentes, la organización comenzó a desarrollar más de 60 proyectos englobados dentro de su Plan de Acción 2010-2015 en Haití, con los que ha logrado mejorar la situación de la población. Uno de ellos es la construcción de más de 4.400 alojamientos progresivos en 14 comunidades de Léogâne. Además, ha realizado la rehabilitación y construcción de distintas infraestructuras sociales, como centros de salud y escuelas en zonas muy vulnerables, algunas de ellas de remoto acceso. En total, ha construido 13 escuelas en Léogâne y Jacmel.
También ha trabajado en la recuperación de medios de vida como la agricultura o el apoyo a microempresarios para lograr el desarrollo económico y mejorar las capacidades productivas y de generación de ingresos de la población afectada por el terremoto. Más de 10.000 personas han visto mejorados sus medios de vida gracias a este proyecto.
Otro de los proyectos, realizado con el apoyo de la Oficina de Ayuda Humanitaria y Protección Civil de la Comisión Europea, está basado en la capacitación de las familias para que estén mejor preparadas ante futuros desastres.
El Plan de Acción también prevé la formación en la prevención de enfermedades como el cólera a través de la promoción de hábitos de higiene, lo que beneficiará a alrededor de 19.000 personas y que se extenderá hasta el próximo mes de noviembre.
Durante los días posteriores al terremoto, Cruz Roja comenzó a trabajar en agua y saneamiento, dotando de agua, letrinas y otras pequeñas infraestructuras a 22 campos de desplazados y llegando a cubrir las necesidades de más de 100.000 personas. A día de hoy, sigue trabajando para que la población tenga acceso regular al agua potable.
Otro aspecto importante es el desarrollo y fortalecimiento de la Cruz Roja Haitiana, que se ha consolidado en el país y que centra su actividad en tres pilares: donación de sangre, salud y preparación de desastres.
Gracias al Movimiento Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, en estos últimos cinco años más de 1,36 millones de personas se han beneficiado de nuevas infraestructuras sociales, escuelas y centros de salud reconstruidos; más de 43.000 familias tienen una solución de alojamiento seguro y más de 317.000 haitianos han recibido agua potable en los campos de desplazados.
No obstante, Santiago López, técnico de proyectos de Cruz Roja Española para Haití, señaló que la intención de la organización es “seguir trabajando por y para Haití desarrollando nuevas intervenciones que puedan mejorar la calidad de vida de la población y favorecer su desarrollo”.