Como a Fernando VII. Susana tiene la oportunidad única de ser coronada presidente de la Junta por el Vicario divino de la democracia que se viste en las urnas. Las conjunciones planetarias que mencionaba la tristemente célebre Pajín, exministra del Psoe, reaparecen en los idus de marzo, el mes de Marte, dios de la guerra. La convocatoria de elecciones autonómicas para ese mes se ofrece espectacularmente positiva para la señora Díaz. Siempre existe un riesgo sobre las expectativas de triunfo absoluto, pero todo confluye a favor de Dª Susana. No obstante, parafraseando a Shakespeare, que se cuide, como César, de esa fecha.
Los hados se muestran propicios para la líder socialista. La rémora que supone su alianza con Izquierda Unida resulta demasiado gravosa. Especialmente ahora que el enemigo Iglesias quiere adelantarla por el centro y por la izquierda sin hacer ascos a la ribera derecha del angosto caminito. Sobre todo en unos momentos en que el PP palidece por el color mortecino de la luna menguante de Moreno, su pretendido líder, y a causa de la política de recortes de don Mariano. Valderas se lo pondrá difícil. El hambre de poder de don Diego es insaciable. Si tiene que desconvocar el referéndum previsto sobre el pacto de gobierno, lo hará sin remilgos. Y si de renunciar se trata a su viaje al Sahara, no dudará en sacrificar su imagen de valedor de los pobres con tal de seguir arrimado al fuego de los salones de palacio.
El parto andaluz de Podemos es complicado. Los padres autonómicos de la criatura carecen del talento fertilizador de Pablo. La canastilla del bebé político no se hace en un par de meses. Los traspiés de Errejón y de la Semana Santa han provocado un movimiento de resistencia en el potencial electorado de la organización. El PSOE aprovechará el embarazo de su candidata para humanizar la figura de la señora. El electorado de nuestra Comunidad no se rige por las normas del resto de España. El dominio de los medios y el manejo de las instituciones por parte del partido socialista agregan un imponente plus de fuerza a su apuesta de anticipación.
El adelanto de las elecciones autonómicas se convierte, pues, en una hábil jugada en el tablero de ajedrez de la política regional. Susana Díaz puede ser la Carlsen de 2015. Un año después, la sombra de la derrota la haría reflexionar sobre el destronamiento de Anand. Un destronamiento sin corona electoral porque la suya es el fruto de su proximidad institucional al preimputado Griñán.
A Izquierda Unida no le basta ya con hocicar y obedecer. Los intereses en litigio, que no en juego, dejan a la formación procomunista a los pies de las urnas. Y éstas, ay, auspician nada bueno para las huestes de Maíllo y compañía.
Viva la democracia.
1 comentario en «TERETES.
La urna desgarrada.
[Paco Velasco]»
yaveremos si usted acierta.