A pesar de la lluvia que con tanta insistencia no dejó de caer el domingo día 18 de Enero y que ello hiciera que la Hermandad del Rocío de Isla Cristina no pudiera ir en Procesión desde su Casa Hermandad hasta el Santuario de la Virgen del Rocío para celebrar la Misa de Peregrinación, sin duda alguna, Isla Cristina, la Hermandad, el SIMPECADO iluminó la Aldea como si fuera el sol al que tantas nubes tapaban. Y es porque allí, a las puertas del Santuario, los nervios estaban a flor de piel por acercar a nuestro querido Simpecado hasta las plantas de la SEÑORA.
Pero antes se acercaron todas las Hermandades de Penitencia y Gloria de Isla Cristina que nos acompañaban, la Hermandad de la Bella, las Hermandades Rocieras de otras localidades, la Hermandad de Medina del Campo, como ahijada. Todas queriendo acompañar a la Hermandad isleña en el día grande de cualquier Hermandad Filial: el día de su Peregrinación Oficial. Y tras ellos, muchos canastos de flores y alimentos que las distintas Peñas quisieron ofrendar, incluyendo la de la Hermana Mayor y la
de la propia Hermandad.
Y llegó el Simpecado hasta el Altar donde lo esperaba ELLA a los sones del canto del Grupo «Aromas de la Rocina».
La Eucaristía fue oficiada por el Padre Miguel Ángel de la Madre de Dios de la Hermandad de Medina del Campo por deseo expreso del Director Espiritual de la Hermandad, Carlos Javier Rodríguez Parra quien emocionó con la hermosa homilía que dedicó a todos los cristianos allí congregados reclamando el compromiso que como tales tenemos que tener con la sociedad. Más tarde, ya en la comunión, se les unió el Padre José Antonio Sosa. Pero sin duda, lo más emocionante fue escuchar y cantar al mismo tiempo, por primera vez, a la Virgen del Rocío, en su Santuario, la Salve de la Hermandad de cuya letra y música es autor José Antonio Monclova. Ya las lágrimas brotaban a raudales. Pero la Hermana Mayor, Juana Rodríguez, tuvo temple y lanzó los vivas. Unos vivas que inundaron todo el Santuario y que hicieron que todo el mundo le respondieran terminando con una fuerte ovación.
Un día luminoso, grande sin duda a pesar de la lluvia porque.. lo más importante, lo más hermoso, lo que más desea un rociero es ver su Simpecado a los pies de la Virgen del Rocío y del Pastorcito Divino y eso, Isla Cristina, lo disfrutó a raudales. Se volvió a casa con el deber cumplido.