«Son muchos los motivos que nos llevan a responsabilizar al Ayuntamiento de Huelva de lo que ocurrió el pasado miércoles, 18 de febrero en el incendio del Parque de Zafra, así como lo que pudo llegar a ocurrir de haberse producido un cambio en la dirección del viento hacia las viviendas de los alrededores del parque», expone la plataforma ecologista en un comunicado de prensa.
En primer lugar, «nos parece incompresible como no se había derruido este edificio en el momento que fue abandonado para incorporarse como zona verde al parque de Zafra, como así aparece en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de la ciudad. Esta nave es de titularidad pública, y por tanto era el Ayuntamiento responsable de su mantenimiento. Y aprovechamos para recordarle al alcalde que se trata de un suelo público que ni puede ser destinado para viviendas, como declaró recientemente el señor Pedro Rodríguez dentro de las promesas electorales para las próximas municipales, ni para ningún otro tipo actividad de carácter privado».
En segundo lugar, «nos sorprende que no saltara ningún plan de emergencia que advirtiera a la población residente más cercana al siniestro de la peligrosidad de los humos que emanaban del incendio, debido a la existencia de grandes cantidades de amianto y asbesto (procedente de la uralita de la cubierta) así como distintos elementos aislantes, materiales extremadamente tóxicos por inhalación, por lo que debería haber tomado las medidas necesaria para evitar el riesgo para aquella ciudadanía que se pudiera ver afectada. Desde la Mesa de la Ría todo lo ocurrido nos parece una negligencia de este consistorio que no supo como actuar ante la gravedad de lo que allí estaba sucediendo, no sabemos si por ignorancia o por dejación (que en ambos casos resulta igual de preocupante). Pasados cuatro días de la enorme nube negra que recorrió el cielo de Huelva, las administraciones no han informado de que materiales ardieron en la nave abandonada desde hace años, ni tampoco se han preocupado por la zona donde se pudo producir la precipitación de los residuos y cenizas arrastradas por el viento».
En tercer lugar, «recordarle al Ayuntamiento que proceda a la retirada de todos los escombros y cenizas de la nave siguiendo el criterio de protección y seguridad de la población y el medio ambiente, ya que los residuos que allí se encuentran son suficientemente peligrosos como para que sean tratados con mucho cuidado, y siguiendo la normativa que existe al respecto.
Esperemos que un siniestro de estas características no vuelvan a ocurrir, teniendo en cuenta la gran cantidad de edificios públicos abandonados que se encuentran distribuidos por toda la ciudad, y en los que ya se han producido algún tipo de conato de incendio (como ocurrió recientemente en la antigua cárcel)», finalizan.