El Juzgado de lo Penal 1 de Huelva ha condenado a diez meses y 16 días de cárcel a nueve vecinos de Calañas por increpar a D.J.F.S., durante varios días del mes de diciembre de 2008 y a su familia en la localidad de Calañas, como consecuencia de su puesta en libertad provisional tras verse implicado en el accidente mortal que acabó con la vida de José Ramón Cuaresma en noviembre de ese mismo año.
Según han informado a Europa Press fuentes jurídicas, el juez ha dictado sentencia en la vista del juicio, tras alcanzar una conformidad entre todas las partes.
A estos nueve vecinos se les considera responsables de un delito continuado de desórdenes públicos en concurso con dos delitos de daños y, tras la aplicación de la atenuante muy cualificada de dilaciones indebidas por el tiempo transcurrido desde que sucedieron los hechos, además de esa pena de cárcel le impone el pago de una indemnización solidaria en conjunto de 3.000 euros a D.J.F.S. y a su padre, que deberán abonar en el plazo de tres meses.
Cabe recordar que D.J.F.S., finalmente fue condenado en 2013 a dos años de prisión y al pago de una multa de 730 euros por una falta de estafa por la utilización fraudulenta de la tarjeta de crédito de la víctima en una gasolinera, tras llegar a un acuerdo con las partes y reconocer la comisión de un delito de homicidio por imprudencia grave.
Este hombre no pudo ser condenado por un delito de conducción bajo la influencias de bebidas alcohólicas y drogas en concurso con un delito de homicidio por imprudencia grave, como pedía la Fiscalía, sino por un delito de homicidio por imprudencia grave, ya que no se pudo acreditar este consumo al no existir pruebas de toxicología al respecto. Todo ello, tras reconocer los hechos.
No obstante, como consecuencia de la realización de distintas manifestaciones y concentraciones cercanas a su domicilio en la que estos vecinos supuestamente decían frases como «No te queremos en Calañas», «Queremos justicia, no injusticia» o «Asesino, asesino» y supuestamente causar daños y pintadas en la fachada de la casa de su padre y en la suya propia, ocasionando en la primera destrozos por valor de más de 500 euros, éste interpuso una denuncia que ha desembocado en este juicio.