La escritora argentina Mariana Travacio ha ganado el vigésimo segundo Premio Internacional de Relatos Cortos José Nogales, imponiéndose su cuento, Cenizas de carnaval, al medio millar de obras presentadas. Es la cuarta vez en la historia de este certamen que el premio cruza el atlántico hacia tierras americanas, y la segunda que recala en Argentina. A esta edición han concurrido cuentos procedentes de España, Argentina, Venezuela, Alemania, Israel, Estados Unidos, Colombia, México, Suiza, Chile, etc.
La escritora argentina glosa el relato ganador del José Nogales 2014 en los siguientes términos: “Cenizas de carnaval surge de la perplejidad que suelen dejarme esas muertes que suceden un poco alejadas de la ciencia, como si vinieran a recordarnos que también nos podemos morir de amor. Es decir, que nos podemos morir sin que medie una enfermedad, ni un tiro en la sien, ni el súbito afán de ser arrollados por un tren. La génesis de esta historia tiene su antecedente en un hecho real -que me ha conmovido particularmente- pero que, al mismo tiempo, resume un anecdotario frecuente: el de las parejas de ancianos que se siguen el uno al otro en la muerte, con pocas horas –o pocos días- de diferencia.¿Qué muertes son ésas? ¿Cómo se explican? ¿De qué mueren? ¿De amor? ¿De frío? ¿De ausencia?
Cenizas de carnaval nace de esa perplejidad.
Narra la historia de un hombre que muere después de cumplir la voluntad póstuma de su esposa: que sus cenizas fueran arrojadas a las aguas de su tierra natal.
Soy de esos escritores que piensan que todo relato, además de la narración de un determinado episodio, es ante todo la historia de la resolución, más o menos afortunada, de un problema literario.
El problema que se planteaba aquí era el de dotar a esta pareja no solamente de una singularidad que los rescatara de la relativa chatura de la mera anécdota, sino también crear, a su alrededor, una suerte de caja de resonancia que amplificara sus ecos, de manera tal que aquello que podría parecer un caso cerrado – anciano muere tras esparcir cenizas de su difunta esposa – abriera no obstante suficientes líneas de fuga, suficientes radios hacia otras posibles historias, y el todo ganara así en densidad y, acaso, en empatía. Procuré ese efecto mediante dos estrategias.
En el plano anecdótico, extender artificialmente el hiato entre la partida de la abuela y la del abuelo, a través de un recurso más bien administrativo: la necesaria espera hasta que todos los deudos –hijos, nietos – pudiesen disponer de un día franco en sus trabajos para asistir a la ceremonia de esparcir las cenizas.
En el plano formal, desdoblar el relato en las voces de dos narradores y en un relato dentro de otro: Loprette, el nieto que cuenta con lujo de detalles la historia de sus abuelos; y otra voz, que es la primera que aparece en el relato y será la encargada de evocar la de aquél, y que corresponde a un personaje –el jefe de personal –cuya actitud inicial es diametralmente opuesta a la empatía sensible, pero que poco a poco se irá ablandando, hasta dejarse conmover por el relato de Loprette.
Aunque deliberado, este contrapunto entre una historia emotiva y un oyente o narratario -en principio- poco inclinado a la identificación sensible, terminó por imponérseme como un eje de la narración por derecho propio: investigar lo que le pasaría a ese hombre al escuchar los pormenores del relato de Loprette acabó convirtiéndose en motor de la escritura”.
Mariana Travacio (Rosario, Argentina, 1967), vivió en São Paulo y actualmente reside en Buenos Aires. Es licenciada en Psicología por la Universidad de Buenos Aires. Se desempeñó como docente en la Cátedra de Psicología Forense de la Facultad de Psicología de la UBA y publicó diversos trabajos en su órbita profesional. Estudió Letras y actualmente cursa una Maestría de Escritura Creativa en la Universidad Nacional de Tres de Febrero.
Sus libros de cuentos Hendijas, Ausencias y Perpetua disolución fueron finalistas, respectivamente, en los concursos Adolfo Bioy Casares (Argentina, 2012), Caza de letras de la Universidad Autónoma de México (México, 2013) y Eugenio Cambaceres de la Biblioteca Nacional (Argentina, 2013).
También fue finalista en el Premio Juan Rulfo (Francia, 2012), en el Certamen Literario Ángel Ganivet (Finlandia, 2012), en el Premio Municipal de Literatura Manuel Mujica Láinez (Argentina, 2013) y en el Premio Internacional Julio Cortázar de la Universidad de la Laguna (España, 2014), entre otros. En los próximos meses, serán editados dos libros de la autora: Cotidiano (libro de cuentos), por Baltasara Editora, y Como si existiese el perdón (novela) por Metalúcida Editora.
El jurado del XXII Premio Internacional de Relatos Cortos José Nogales ha estado formado por Lara Moreno, escritora onubense afincada en Madrid; Salvador Compán, escritor; Juan Villa Díaz, escritor y profesor de literatura y por Miguel Paz Cabana, escritor y ganador de la anterior edición del José Nogales.
Las personas que quieran leer el cuento antes de su publicación, pueden hacerlo a través de la página web de la Diputación de Huelva www.diphuelva.es