El concejal de Turismo José Antonio Rodríguez y el director del Archivo Histórico Municipal Diego Ropero-Regidor, han presentado este lunes el que será Documento del Mes de agosto, un material que ocupa ya un lugar de privilegio en la sala de consultas de la institución, y que nos permite acercarnos a la figura del que fue alcalde de la villa de Palos en el momento de la partida de las naves colombinas, el 3 de agosto de 1492, Diego Rodríguez Prieto.
523 años después del inicio del viaje descubridor, el archivo moguereño nos presenta varios interesantes documentos entre los que destaca un árbol genealógico y entronque con el citado Diego Rodríguez Prieto, protagonista y testigo de los preparativos del primer viaje colombino.
Los documentos forman parte del denominado «Expediente de transmisión de los bienes de las capellanías que fundaron Diego Rodríguez Prieto, Gonzalo Rodríguez Prieto y Rodrigo Prieto en esta ciudad y en la villa de Palos, a favor de Vicente de la Prada», un expediente que establece la relación de parentesco de este beneficiario con el que fuera alcalde de Palos en el momento colombino.
Diego Rodríguez Prieto era el alcalde de Palos cuando en 1492 se gestaba la expedición colombina en las villas de Palos y Moguer, desde cuyos puertos zarparon la nao Santa María y las carabelas Pinta y Niña, propiedad esta última de los hermanos Niño.
Durante el tiempo que duraron las negociaciones con Cristóbal Colón, muchas personas quedaron afectas al proceso y una de ellas fue Diego Rodríguez Prieto, a quien los Reyes Católicos dirigieron la Real Provisión que había sido otorgada en Granada el 30 de abril de 1492. En esta carta, dirigida al alcalde y a los vecinos de Palos, que fue leída también en Moguer, los reyes mandaban que tuviesen prestas dos carabelas para partir con Colón. Tras la asunción del mandato real, en ambas villas se hicieron los preparativos y se reclutó la tripulación que haría posible una de las grandes aventuras de la humanidad.
Rodríguez Prieto estuvo casado con Isabel Fernández con quien tuvo dos hijos: Rodrigo Prieto Rodríguez y Gonzalo Prieto de Tovar, naturales de Moguer. El 28 de noviembre de 1519 otorgó testamento ante el escribano público de Palos Alonso Fernández Sanabria, que fue abierto tras su fallecimiento un año más tarde. Fundó una capellanía en la iglesia palerma de San Jorge, con la condición de que la sirviera un nieto suyo y, en lo sucesivo, otro miembro eclesiástico de su linaje, nombrando patrono de la misma a su hijo Rodrigo. Para su mantenimiento dejó un olivar que tenía al sitio de Santa, en el término de Moguer, con cuya renta se sufragarían los gastos. Sus hijos instituyeron, con idéntica finalidad, capellanías en el convento de San Francisco Moguer, ciudad donde los Prieto de Tovar perduraron con solar y escudo de armas hasta el siglo XIX.