Un año más, y como es tradicional, la procesión de Nuestra Señora del Mar ponía punto y final a las fiestas de la barriada isleña de Punta del Caimán. Unas fiestas que han venido celebrándose desde el pasado 20 de agosto cargadas de emotivos momentos y que se han convertido en una de las citas obligadas del calendario festivo isleño.
Así, acompañada por cientos de fieles y devotos y por la Banda de «Las Angustias» de la localidad sevillana de Sanlúcar la Mayor, la Virgen salía puntual de su parroquia a primera hora de la tarde portada por una cuadrilla de mujeres ‘mandadas’ por María Casado, hermana mayor de la hermandad y a su vez presidenta de la Asociación de Vecinos “El Caimán” para dirigirse al Monumento al Marinero, lugar en el que como cada año se rindió homenaje a los hombres que perdieron su vida en la mar.
Posteriormente la comitiva siguió su camino hacia la Lonja Pesquera, no sin antes hacer su tradicional visita a la parroquia de Nuestra Señora de los Dolores, lugar en el que cada año le cantan unas emotivas sevillanas.
Ya en el Puerto Pesquero la imagen embarcaba en el “Segundo Lucía Cerezo”, produciéndose así uno de los momentos más esperados de este recorrido procesional, para, seguidamente, recorrer y bendecir las aguas isleñas. Una vez realizada esta travesía, la Virgen desembarcó en la Playa del Cantil y continuó su procesionar por las calles de su barriada hasta bien entrada la madrugada.
La Virgen se recogía pasadas las cinco y media de la mañana dando comienzo a la tradicional puja de la vara que en esta ocasión fue subastada por 10.200 euros y con la que se quedó la familia García Vaz.