Con una gran emoción han vivido los rocieros cartayeros la primera peregrinación en solitario de la Hermandad del Rocío de Cartaya hacia la ermita del Rocío. Con lágrimas en los ojos llegaron muchos de ellos ante la Virgen, para asistir a la misa con la que celebraron el esperado momento y que “supone para nosotros un paso importantísimo en nuestro sueño de llegar a ser hermandad filial”, según destacó la presidenta de la hermandad, Consolación Palacios.
Hasta la aldea almonteña se desplazaron desde primera hora de la mañana del lunes un total de cuatro autobuses, con cerca de 200 personas, muchas de las cuales, y a pesar de las inclemencias meteorológicas, hicieron el último trayecto del camino a pie.
La comitiva que, ya en la aldea, acompañó a la hermandad hasta los mismos pies de la Virgen, y a la que se unieron otros muchos cartayeros que se desplazaron en sus vehículos particulares, partió pasadas las doce del mediodía de la casa hermandad de Ayamonte, hermandad madrina de la cartayera. Además de la Junta directiva de las dos hermandades ya citadas, se unieron a la misma representantes de todas las hermandades de la localidad, y miembros de la Corporación Municipal, con el alcalde, Juan Miguel Polo, a la cabeza. Todos ellos caminaron en procesión hasta la ermita, donde a las 13:00 horas, el cura párroco de la localidad, Manuel Domínguez Lepe, ofició la celebración religiosa que culminaba la peregrinación ante la Virgen del Rocío.
Posteriormente, los rocieros vivieron una jornada de convivencia y celebración en la casa hermandad de Ayamonte, con la que cerraron una jornada que la presidenta de la Hermandad calificó como “histórica y muy emotiva para los/as cartayeros/as que llevamos a la Virgen en el corazón, y que estamos profundamente agradecidos de esta oportunidad tan bonita que nos brinda la Hermandad Matriz de por primera vez, caminar en solitario hacia la Virgen”.