Tampoco pudo ser el Martes Santo. La temida lluvia sorprendió a la cofradía del Santísimo Cristo de la Sangre a los pocos minutos de iniciar su recorrido, obligando a la junta directiva a tomar la difícil decisión de suspender su estación de penitencia.
De nuevo las nubes y la lluvia han marcado el rumbo de la Semana Santa moguereña, que no pudo disfrutar ayer de la sobrecogedora imagen del crucificado en su desfile procesional, que ni tan siquiera llegó a salir del templo.
El público que se agolpaba en las inmediaciones de la iglesia conventual de San Francisco y en la calle Andalucía solo pudo ver al primer tramo de nazarenos, que detenidos a la altura de la capilla de Corpus Christi tuvo que emprender el camino de regreso a casa al empezar a caer las primeras gotas y abrirse los primeros paraguas.
Las previsiones avisaban de la posibilidad de chubascos intermitentes coincidiendo con la estación de penitencia del Cristo de la Encarnación, una amenaza latente que la junta directiva decidió acatar con responsabilidad y regresar a su templo. No llovió mucho, ni tampoco lo hizo por mucho tiempo, pero fue lo suficiente para acabar con las ilusiones y el trabajo de todo un año.
El templo fue literalmente tomado por cientos de moguereños que siguieron al cortejo de nazarenos en el tramo de vuelta a casa. No pudieron entrar todos, pero aún así, los menos afortunados optaron por no marcharse y permanecer en silencio en la puerta y en las inmediaciones del antiguo convento franciscano, desde donde se pudieron oír desgarradoras saetas dedicadas a esta espectacular imagen, que quedó expuesta además en devoto besapiés.
Moguer se quedó anoche sin disfrutar del sobrecogedor silencio que envuelve a esta procesión, solo roto por los redobles del grupo de tambores y bombos de la propia cofradía, de la misma manera que no pude ver las impactantes imágenes que nos regalan los nazarenos que portan cadenas o cruces de maderas emulando el calvario que vivió Jesús antes de ser crucificado.
Un día triste para la familia cofrade de Moguer que ve cómo el agua está rompiendo su Semana Grande. Aún así, parece que la situación meteorológica empieza a cambiar, y que a partir de este miércoles podrán disfrutar en la calle del resto de hermandades.