La Corta Guadiana, en el término municipal de la localidad onubense de Puebla de Guzmán, alberga el único ‘lago asesino‘ encontrado en Europa, según publica elpais.com. El lago artificial se encuentra en la Corta Guadiana, en Las Herrerías, y su peligro radica en que en su interior alberga 80.000 metros cúbicos de dioxido de carbano (CO2), un gas formado por las aguas ácidas producidas por la antigua actividad minera en contacto con carbonatos de los suelos, que podrían convertirse en una nube letal en el caso de que se dieran una condiciones determinadas.
El Instituto Geológico y Minero de España, un organismo público, va a firmar un convenio con la Dirección General de Minas de la Junta de Andalucía para eliminar el gas acumulado en el lago, según adelanta el investigador Sánchez España, que calcula que bastarán unos 8.000 euros para instalar una tubería de 90 milímetros de diámetro anclada al fondo, por la que el gas salga poco a poco, como en un espray, en un plazo de unos nueve meses. Su equipo ya ha probado una planta piloto.
El lago está siendo investigado por Javier Sánchez España y Bertram Boehrer, que han explicado a elpais.com que la probabilidades de que ocurra una situación similar a las que se dieron en lagos similares de Camerún en los años ochenta, cuando murieron más de 1.700 personas, son remotas. En el caso del lago de Puebla de Guzmán, en principio no hay riesgo para el pueblo, de unos 3.000 habitantes, pero sí para las personas que estuvieran en las inmediaciones de una hipotética erupción.
“En Corta Guadiana no va a ocurrir lo mismo que en Camerún, no hay que alarmarse. La nube se quedaría confinada en la Corta, pero hay gente que pasea por la zona”, advierte el geoquímico español. Su estudio calcula que una liberación repentina del gas disuelto en el fondo del lago formaría una nube irrespirable de CO2 puro de cinco metros de altura, una cantidad insuficiente para saltar las paredes del pozo, pero letal para los paseantes que estuvieran en el interior de la corta. La antigua mina está protegida por un vallado que no se respeta.
FISCAL PIDE TRANQUILIDAD
El consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía, José Fiscal, llama a la tranquilidad tras la publicación de la noticia sobre este lago.
En rueda de prensa en Huelva, y preguntado por este asunto, el consejero ha hecho hincapié en que «no hay motivos para la alarma», ya que «el CO2 no es una sustancia altamente contaminante» y, aunque ha remarcado que «hay que tenerla en cuenta», es «improbable que salga de golpe de manera natural».
En este sentido, ha precisado que la Dirección General de Industria, Energía y Minas de la Junta de Andalucía «está ultimando la manera de, poco a poco, ir sacando el gas de esta zona» y ha insistido en hacer un llamamiento a la tranquilidad.
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Cuando los investigadores se presentaron en el lugar del desastre de CAMERUN, las autoridades habían incinerado a los animales muertos y enterrado a las víctimas en fosas comunes, las altas
temperaturas de esta zona ecuatorial así lo aconsejaban. Sólo se pudieron rescatar los relatos inconexos de los supervivientes y las conclusiones de las investigaciones oficiales de la policía y del ejército camerunés.
Fue imposible practicar alguna autopsia complementaria que estableciese las causas concretas del exterminio masivo y hubieron de confiar en los informes forenses nativos. Éstos sostenían que todos –animales y humanos– habían muerto por asfixia.
Entre los habitantes de los pueblos circundantes corrió como la pólvora el rumor de que los muertos habían sido exterminados por las fuerzas rebeldes que
tenían sus bases de operaciones en las cercanías de la frontera norte del país. La causa de la masacre tenía que provenir de la acción de algún gas venenoso lanzado por la guerrilla o por el propio gobierno camerunés.
Avalaba esta teoría conspiratoria que los cadáveres de las zonas más cercanas al lago presentaran ampollas y quemaduras en las partes descubiertas de la piel, pero sorprendentemente las ropas no estaban quemadas.
La noticia rebasó de inmediato el ámbito doméstico y transcendió a la prensa internacional. La posibilidad de que se tratase de pruebas secretas de armas químicas prohibidas por los tratados internacionales alarmó a las potencias occidentales por si se estuviera experimentando con ese tipo de armamento sin su conocimiento, usando de cobayas a los habitantes del valle. En onsecuencia, EE. UU. y Francia, antigua potencia colonial, enviaron urgentemente a sus expertos para investigar lo sucedido.
No resulta chocante una conclusión así por parte de los cameruneses, ya que tan sólo unos meses antes, en abril, se había producido un cruento intento de golpe de Estado en su país y los rumores de posibles conspiraciones antigubernamentales no cesaban. Otra versión bastante extendida sostenía que la explosión del lago no fue natural, sino que fue causada por un nuevo agente químico probado por Israel con la connivencia del gobierno de Camerún. Tampoco debe parecernos extraña o perversa esta conjetura pues la misma suposición desencadenó la reacción fulminante de las grandes potencias.
Tras esto, habría que apuntar el que, dado que vivimos en un mundo en el que resulta complicado poner en duda la opinión y las leyes que han sido dictadas a través de dudosas formas y especulativos intereses difundidos por eminentes hombres influenciados (o no) a sueldo (o no) es por lo que el ciudadano debiera poner en tela de juicio la primera versión de todo aquello que le es revelado. Y que, en muchas ocasiones, le es ofrecido sin ningún margen por el que discrepar a consecuencia de la falta de información y datos exhaustivos referidos a cualquier asunto histórico.
El CO2 no es nocivo, es el CO el que es venenoso (una concentración en aire del 5% te aturde)
La única forma de que el CO2 te haga daño es que en el ambiente que respiras haya tanto CO2 que no quede oxígeno, pero lo que te hace daño no es el CO2, es la falta de oxígeno!!