La consejera de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Carmen Ortiz, ha apelado a la corresponsabilidad del sector y la Administración para solucionar la «crítica situación» en la que se encuentra la pesquería de la chirla en el Golfo de Cádiz. Durante su comparecencia en comisión parlamentaria, Ortiz ha hecho un resumen de la evolución que ha experimentado el caladero desde 2008 y que, según un informe del Instituto Español de Oceanografía (IEO) de octubre, actualmente presenta unos valores críticos en los rendimientos de la flota, ya que ha habido un incremento desproporcionado del esfuerzo pesquero, con la extracción de ejemplares por debajo de la talla mínima.
La consejera ha informado en Comisión parlamentaria de las medidas que va a adoptar la Consejería para recuperar los niveles óptimos de esta pesquería, objetivo para el que ha subrayado «va a ser crucial además la concienciación del sector para evitar situaciones insostenibles». Entre las actuaciones previstas, que la directora general de Pesca, Margarita Pérez, ya trasladó al sector el pasado viernes día 11, se encuentran el cierre temporal del caladero y la reducción del esfuerzo pesquero.
Según ha explicado Carmen Ortiz, una vez que entre en vigor la orden que regula estas medidas, actualmente en fase de alegaciones, se cerrará el caladero hasta el 31 de marzo. Una vez que se reabra, a partir del 1 de abril, la actividad estará limitada en cuanto al número de flota que podrá salir a faenar, el tiempo y la cantidad de captura hasta el 31 de diciembre de 2017.
La consejera ha hecho énfasis durante su intervención en que para que «esta actividad sea sostenible tanto ambiental como económicamente sólo hay un camino: respetar todas las medidas contempladas en la normativa, cuyo objetivo es garantizar una gestión sostenible del recurso». En este sentido, ha recalcado que las capturas deben restringirse únicamente a los individuos con tallas superior de 25 milímetros. «La situación del caladero, la pervivencia de la especie y el desarrollo de una actividad responsable van de la mano, tal y como ha demostrado la trayectoria del recurso y la evolución de la pesquería», ha asegurado.
Así, ha señalado que 2013 fue un año de óptimos rendimientos, ya que el sector estaba comprometido y concienciado, se creó la Organización de Productos Pesqueros de la chirla y se incrementaron los resultados (mejores capturas con menor dedicación y mejores precios en el mercado) a la vez que se logró una buena tasa de reproducción de chirla. Esta tendencia, según ha argumentado la consejera, se rompió entre 2014 y 2016, cuando parte de la flota comenzó a incumplir la normativa para conseguir mayores capturas, llegando incluso a extraerse inmaduros y a no respetar las zonas de cría, por lo que se ha producido un importante descenso de la población de chirla.
Esta práctica se refleja también en la labor inspectora que viene ejerciendo la Junta en esta pesquería. Como resultado del exhaustivo control que ha llevado a cabo, en los últimos cinco años se han realizado 1.040 actuaciones de inspección, se han levantado 781 actas con infracción, un total de 35.836 kilogramos de chirla inmadura decomisada, se han resuelto 727 procedimientos sancionadores en materia de pesca y comercialización y se ha revocado la autorización de utilizar el arte de draga hidráulica a tres embarcaciones.
Medidas de actuación
Además del cierre temporal del caladero, la orden que ha elaborado la Consejería contempla que durante la primera quincena de los meses de abril, julio, agosto, septiembre, octubre, noviembre y diciembre podrán ejercer la actividad 48 de los 96 barcos de draga hidráulica que capturan chirla, mientras que los otros 48 tendrán la posibilidad de salir a faenar durante los días 16 al 30 de dichos meses.
En cuanto al tiempo de actividad permitido, será de tres horas diarias como máximo para los meses de abril, julio y agosto; y con un tope de captura que no podrá superar los 100 kilogramos por barco y día en abril, y los 150 kilos por barco y día en julio y agosto. Durante el periodo comprendido entre el 1 de septiembre y el 31 de diciembre, se permitirá faenar 5 horas diarias como máximo y capturar 150 kilos por barco y día.
En el caso de la flota de rastro remolcado que también ejerce esta pesquería, la limitación que se impone es de tope de capturas para esos meses, fijado en 100 kilos por embarcación y día.
Para los meses de mayo y junio, se aplicará la veda ya establecida en la orden de 25 de marzo de 2003, por la que se determinan las tallas mínimas de captura -ejemplares de 25 milímetros como mínimo- y épocas de parada para los moluscos bivalvos y gasterópodos de Andalucía.
Desde la entrada en vigor de la orden hasta el 31 de marzo de 2017, la Consejería, a través de la Agencia de Gestión Agraria y Pesquera de Andalucía, y las fuerzas y cuerpos de seguridad, llevarán a cabo el precintado de todas las artes de draga hidráulica como dispositivo de control. La manipulación de dicho precinto, así como el incumplimiento del resto de medidas que recoge la orden será sancionado con las correspondientes multas y la suspensión de la licencia de pesca durante un año.
Datos sector
La captura de la chirla la realizan la flota de draga hidráulica (autorizada exclusivamente para esta especie) y, en menor medida, la flota con rastro remolcado. Actualmente realizan esta actividad 96 embarcaciones de draga hidráulica, con un total de 350 tripulantes, que opera en los tres puertos principales de Punta Umbría e Isla Cristina en Huelva, y Sanlúcar de Barrameda en Cádiz.
Carmen Ortiz ha recordado que de esta pesquería viven más de 300 familias, cuyo sustento depende del equilibrio del recurso, «un equilibrio que, en estos momentos, se encuentra seriamente amenazado».
En cuanto a la biología de la especie, Ortiz ha recordado que se trata de un molusco de vida corta y crecimiento relativamente rápido, lo que condiciona su stock de población y la posibilidad de lograr un rendimiento pesquero aceptable. Se distinguen tres tramos de edad, la del primer año de 0 a 13 milímetros; la del segundo año, entre 13 a 25 milímetros; y la del tercer año, de 25 a 30 milímetros. La talla comercial máxima exigida por la normativa es de 25 milímetros. La reproducción de esta especie tiene lugar entre primavera y principios de verano.