Un total de 16 especies de flora amenazada prosperan en la Laguna Primera de Palos gracias a los trabajos de mejora y aumento de la biodiversidad que la Fundación Cepsa (que ha tomado el relevo de la Compañía en esta labor) realiza en la Laguna Primera de Palos, en colaboración con la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía. Gracias a este acuerdo, se han realizado a lo largo de los últimos años numerosas actuaciones dirigidas a la conservación de especies de flora que se encuentran en peligro de extinción.
El conjunto de actuaciones no solo se han dirigido a conservar especies ya presentes en la Laguna, también a incorporar especies “autóctonas históricas” que habían desaparecido de este entorno y de otros similares en la costa onubense; de este modo la Laguna Primera de Palos constituye un enclave sobresaliente en el contexto andaluz y nacional para la preservación de un gran número de especies amenazadas.
Uno de los ejemplos más destacados fue la recuperación del nenúfar amarillo (Nuphar luteum), en peligro “crítico” de desaparición, y del que no se tenía constancia en el entorno de Huelva desde los años sesenta. Fue reintroducida por Cepsa y la Junta de Andalucíaen la Laguna Primera de Palos en el año 2010, y en 2011 dio su primera floración. Constituye actualmente una de las especies más emblemáticas de este espacio natural.
Al igual que el nenúfar amarillo, el nenúfar blanco (Nimphaea alba) es una planta acuática muy amenazada en Andalucía por la alteración de las lagunas, turberas y cursos de agua lentas donde vive. Es otra joya botánica plenamente naturalizada en la Laguna Primera de Palos donde se está extendiendo de forma notable formando grandes manchas que sirven de refugio a la fauna amenazada que se protege en este humedal.
La “rascavieja” (Adenocarpus gibbsianus), una leguminosa cuya floración estival tiene un gran atractivo ornamental, es otra de las plantas amenazadas inventariadas en la Laguna Primera. En 2016 se introdujo una pequeña población que actualmente florece y fructifica copiosamente, por lo que se ha garantizado su conservación.
La otra especie en “peligro crítico” de desaparición, y sobre la que interviene la Fundación Cepsa, planta acuática comúnmente conocida como “corazón de agua o bocado de rana” (Hydrocharis Morsus-Ranae), se encuentra en muy pocos puntos de la Península Ibérica. Huelva es la única provincia en Andalucía que cuenta con ejemplares, localizados en el Parque Nacional de Doñana y ahora en la Laguna Primera de Palos. Se introdujo de forma experimental en la Laguna en el año 2011 y ahora se está evaluando su plena naturalización.
Además de estas cuatro principales especies en “peligro crítico”, recogidas en la Lista Roja de la Flora Vascular de Andalucía (2005), la Fundación Cepsa y la Junta promueven actuaciones sobre otras doce especies “en peligro”, “casi amenazadas” y “vulnerables” como las clavellinas (Armeria gaditana y Armeria velutina) y camarina (Corema album), entre otras.
Fundación Cepsa y la biodiversidad
La Laguna Primera de Palos (laguna natural de agua dulce) se encuentra incluida en la Red de Espacios Protegidos de la Junta de Andalucía con la figura de Paraje Natural, y desde 2005 tiene categoría RAMSAR (Convenio Internacional para la conservación de estos espacios.
Desde su restauración, en 2001, Cepsa se convirtió en referente nacional en materia de sostenibilidad, ya que fue la primera vez que en España una industria energética restauraba un espacio natural. Hoy, la laguna Primera de Palos es un ejemplo de compromiso y diversidad, cuya labor de mantenimiento, conservación y gestión, ha pasado a manos de la recientemente constituida Fundación Cepsa. En estos quince años, la Laguna ha contado con una inversión que supera los dos millones de euros y es visitada anualmente por más de 5 mil personas.
La experiencia de la Laguna Primera de Palos, propició un proyecto similar en las instalaciones de Cepsa en San Roque. De esta forma, en 2009 se pone en marcha la Estación Ambiental Madrevieja, un centro de investigación en el que habitan numerosas especies diferentes de aves, mamíferos, anfibios y reptiles y que cuenta con diversas especies de fauna autóctona de gran riqueza ecológica. El objetivo de esta iniciativa también es poner a disposición del público un centro de investigación en el que se observe la convivencia entre industria y naturaleza y su evolución positiva, y que sirva además como un espacio de educación ambiental.
Todos estos son ejemplos de convivencia entre la industria y la conservación de la naturaleza, un referente de cómo con una gestión adecuada la Compañía se ha convertido en líder de la preservación del equilibrio natural necesario para la vida en su entorno más cercano y en la lucha contra el cambio climático, siguiendo el lema propuesto por el Comité de Ramsar para este año, “Humedales para la reducción del riesgo de desastres”.