(Texto: Paco Velasco) Los periodistas andan con el alma en vilo. Tal su inestabilidad y zozobra, que se han chivateado a la Asociación de Prensa de Madrid. Oye, APM, que no quiero ser héroe. Que me basta con pertenecer al club de plumillas del periódico que me pague, aunque sea mal y tarde. Que los podemitas me están jodiendo la vida y no logro aprender a vivir con esa hoguera encendida bajo mis pies.
Pero de qué se extraña el corporativo de los medios informativos. De qué. Acaso no ve cómo algunos compañeros periodistas, destacados agitadores de prensa, coordinan programas en los que se permite la balacera a diestro, sobre todo, y a siniestro, en no pocos casos. Que el problema no es de ayer. Que el origen se halla en la creencia infantiloide de que muerto el perro, acabó la rabia. Cómo es posible ese autoengaño con la cantidad de ratas que se desbandan del subsuelo y campan a sus anchas por las principales avenidas del centro de la ciudad. España se ha convertido en el reino de los anti “hamelines”. En vez de liberarse de la plaga, se la protege y encubre.
El viejo refrán castellano reza aquello de “dónde irás, buey, que no ares”. Dónde, pues, el estupor y el cabreo institucionales. Mira que es difícil poner de acuerdo las editoriales de los periódicos. Pues, oh, Bollywood, los seguidores de Montero y de Maestre han obrado el milagro de los colores unidos. Claro que no todos participan de la milonga. Hay buitres de la estirpe cuatrera y de la especie sextaria que siguen chupando la teta fláccida del neoestalinismo bolchevique, mafioso y fascista de esta izquierda casposa, rancia y momificada con la que aspira a aliarse Pedro Sánchez. Son tantos los prejuicios de estos chavalotes que a ellos se les puede atribuir la confusión entre “aré lo que pude” y “haré lo que pueda”.
En estas, que reaparece el cancerbero de Ferraz, con más de conserje cotilla que de otra cosa. Manifiesta el moguereño su preocupación por el tema. No por lo de los ERE, los cursillitos de formación o el reciente de Aljaraque no se puede. No. El genial político de la tierra anda sin vivir en él a causa de los “metíos y sacaos” de los penitentes del capirote “morao”. Mira que si un día, se cepillan a la plana mayor del partido y se hacen con el poder. Qué va a ser de ellos. Se acabaría el control “a lo guerrista” y la manija pasaría a las manos sucias de los amanuenses puros. Qué desastre.
Decía Bolívar, que si un hombre –lo mismo pensó, infeliz él, en un Maduro o un Monedero cualquiera- fuese necesario para sostener el Estado, -da igual Venezuela con Chaves, Estados Unidos con Trump que España con Iglesias- , ese Estado no debería existir y, al fin, no existiría. Pues bien: por ese camino vamos. Al cabo, cualquier dictadura es censora, intimidatoria y chantajista si se trata de reconducir o de manipular el flujo de información. Avisar, desde luego, avisan. Déjense, por tanto, de sorpresitas y de estuporcitos. Más vale prevenir el mal que nos acosa que curarnos de sus efectos. Que el ministerio de la verdad, la neolengua y el palimpsesto son más antiguos que en andar “palante”.