(Texto: Federico Soubrier) Decía el economista Adam Smith que si pones un hombre a cavar, reactivarás la economía porque comprará un bocata a la hora del descanso y una cerveza para echarlo hacia abajo, lo cual generará un efecto dominó donde todos, empezando por el tendero que te sirve el chopped, ganarán algo y los impuestos repercutirán en el país.
Trump deja caer como si nada la Madre de todas las bombas en Afganistán, saltándose la ONU a la torera, lanza un pepinazo de 16 millones de dólares. Efectivamente ha reactivado su economía. Los armamentistas estarán dando saltos de alegría, normal que aumentase el presupuesto de defensa en 54.000 millones de dólares y todos se froten las manos.
Posiblemente la tenía a punto de caducar y como no puede hacer lo mismo que las grandes superficies con los yogures pasados de fecha, tirarlos a un contenedor, la lanza donde se le pone en los cojones, porque no va a haber nadie capaz de plantarle cara, al menos de los que estuvieron en su lado en la guerra fría. Lo mismo Kim Jong-Un quiere jugar al ping-pong y nos tira una en Rota por el tema del Estrecho, la puerta del petróleo.
Lo peor es que el líder norcoreano con las que juega es con las nucleares, las que nadie quiere que tenga, aquellas de Hiroshima y Nagasaki, las que lanzaron los que ahora le mandan un portaaviones para intimidarlo pidiendo de paso a China que diga si quiere más a su padre o a su madre.
Otra reciente ataque de Donald Trump a Siria produjo una subida en bolsa del petróleo y del oro, este último un 1,2 %, ¿quién tiene lo uno y quién lo otro? Para nada me refiero a su reloj o a los pendientes heredados de la abuela, hago mención a los grifos del cuarto de baño y los lingotes que usted quiera imaginar, y ni qué decir de las reservar americanas de Fort Knox, que guardan el 5% del total mundial.
No olvidemos que España también vende armas, incluso tuvimos un ministro de defensa con experiencia en el tema. Me sorprendió que a un bombero vizcaíno se le abriese expediente por negarse a custodiar un envío que iba camino de Arabia Saudí. Curioso hacerle esto a un hombre que ha enfocado su profesión a salvar vidas, sería como pedirle a un cura, que tiene votos de castidad, que se acueste con alguien por lealtad, ¡impensable!
Ya hay quien juega en nuestro país a ver qué daños se causaría en cada provincia según la elección de la capital a bombardear, como siempre hay mal gusto para regalar, sobre todo cuando hablamos de víctimas que ya han caído y de las que posiblemente caerán.
No hay que tener miedo, pero tampoco hay que olvidar que así comenzaron muchas guerras, jugando con las putas bombas…
