«Érase una vez un lindo pueblo del Condado de Huelva llamado Bollullos del Condado en el que un joven muchacho del Partido Comunista, llamado Diego Valderas, daba una de las grandes sorpresas de las primeras elecciones municipales de nuestro país. Como Anguita en Córdoba, Valderas se convirtió en menor medida claro está, en ejemplo de cómo se podían hacer las cosas a nivel local desde la óptica del entonces Partido Comunista».
Este podría ser el inicio de un cuento político cuyo final no es precisamente ‘comieron perdices y fueron felices’, sino más bien todo lo contrario.
Valderas, por su innegable valía personal, fue alcalde mientras quiso, con mayorías más que absolutas, hasta que Izquierda Unida consideró que era el momento de aprovechar su crédito personal para mayores metas.
Lo que hasta entonces había sido un ayuntamiento donde todo era plácido, porque Izquierda Unida ganaba con algo más que suficiencia, saltaba en añicos en 1999. IU, con Francisco Javier Camacho de candidato, se quedaba a escasos 50 votos de la mayoría absoluta. PSOE, PP y PA, que sumaban 9 concejales, aprovecharon la ocasión para acabar con 20 años de gobierno de IU. El socialista Carlos Sánchez pasó a ser alcalde a pesar del pacto de izquierdas global en Andalucía firmado por PSOE e IU. El PSOE amagó con echarlo, pero la realidad es que volvió a ser su candidato cuatro años después.
La alegría en tan variopinto tripartito duró poco, porque dos años después el PA se aliaba con Camacho para auparlo de nuevo a la alcaldía. Este fue alcalde de 2001 a 2003, porque este año ocurrió algo inédito hasta entonces en la vida política de Bollullos: el PSOE ganaba en votos, y con los mismos ediles que IU aupaba del nuevo a la Alcaldía al defenestrado Carlos Sánchez, al que las bases de IU no habían perdonado el pacto con PP y PA cuatro años antes.
Sánchez aguantó como alcalde mientras que Francisco Javier Camacho, fiel acatador de las normas de IU y del pacto de izquierda con el PSOE a nivel andaluz, se mantuvo como jefe de la oposición. Pero en 2007 dejó de ser candidato e IU presentaba a Francisco Díaz. El PSOE vuelve a ganar, pero solo con 7 concejales, por lo que un año después de los comicios, Díaz (6 concejales, de los que sólo 1 no lo siguió) se aliaba con el PP para echar al socialista de la alcaldía.
IU, al contrario de lo que hizo el PSOE con Sánchez en 1999, acabó por expulsar a Díaz y los 4 concejales que lo apoyaron, junto a los 4 ediles del PP. La coalición se hacía un harakiri público del que no ha logrado reponerse diez años después.
Francisco Sánchez se convertía en alcalde en 2008, en un moción conjunta de no adscritos y PP, y volvía a repetirse la fórmula en 2011, año en el que Independientes por Bollullos se convertían en la primera fuerza. Izquierda Unida sólo lograba un concejal.
Y ya estamos en 2015, cuando Rubén Rodríguez consigue para el PSOE 6 concejales, los mismos que los independientes, pero más votos. El pacto Independientes-PP no se reedita, pero el desencuentro tan solo ha durado dos años. Este lunes, si nadie da un paso atrás, que en Bollullos nunca se sabe qué va a pasar hasta el último instante, Isabel Valdayo se convertirá en la primera alcaldesa de la localidad condal, desbancando a Rodríguez. IU en 2015 seguía con los efectos del harakiri de 2008 y sumaba solo un concejal. Qué lejos quedaban los 9 que Valderas obtenía en 1977.
Y colorín colorado, el cuento del harakiri político de IU en Bollullos ha terminado. Y ni comieron perdices (eso llevan haciéndolo otros desde 2003), ni fueron felices, porque la militancia, las bases de las que tanto se habla a boca llena en los partidos, le dieron la espalda a una formación en la que en un momento de su historia primó más un pacto global para mantener algunos privilegios en lugares como en la Diputación de Huelva, por entonces, que lo que sus bases decían y sentían en Bollullos.