La defensa del acusado por el doble crimen de Almonte va a solicitar la nulidad de la prueba de ADN en las toallas, según ha avanzado en el transcurso del juicio que se viene celebrando en la sección primera de la Audiencia Provincial de Huelva.
La petición de la defensa de Francisco Javier Medina se basaría en la ruptura de la cadena de custodia de una prueba que, hoy por hoy, es una de las claves fundamentales de este juicio. El ADN encontrado en tres toallas son la única prueba no circunstancial que establece que el acusado estuvo en la casa, ya que Marianela declaró no haberlas tocado.
La petición, a juicio de la acusación particular de la familia de los dos asesinados, es un síntoma de que las pruebas aportadas por la Guardia Civil y las declaraciones de los responsables de la investigación no dejan lugar a dudas sobre la autoría del doble crimen.
DECLARACIONES DE MÁS TESTIGOS
Durante la jornada de este jueves se han realizado varias declaraciones por testigos, siendo las más significativa la del ciudadano ecuatoriano vecino de la casa donde aparecieron muertos el padre y la niña. El testigo ha explicado que él estaba en la azotea de su casa, poco antes de las diez de la noche, y que mientras hablaba por teléfono con una amiga comenzó a escuchar gritos, que parecían de una pelea entre dos personas con acento español. La discusión no duró más de un minuto y lo que a él le pareció una discusión familiar cesó, con lo que no le dio mayor importancia y no se lo contó a nadie.
El compañero de trabajo que estuvo con Miguel Ángel hasta las 21.40 horas del día del doble crimen ha explicado que habían estado comiendo y tomando unas copas, para después irse a la casa para ver un partido de fútbol, que no acabaron de ver porque la niña quería ir a una pizzería y tenían que ducharse.
Ha tenido grandes palabras para el carácter de Miguel Ángel, al que ha calificado de bueno, sencillo y trabajador. Igualmente ha manifestado que la relación de Miguel Ángel con el acusado en el trabajo era buena y que las que no tenían tan buena relación eran Marianela y la expareja de Francisco Javier Medina.
Preguntado por si en el trabajo hay control de uniformes, ha declarado que no, y también que no se debe salir por la puerta de descarga, lo que no quiere decir que no se pueda.
Una compañera de trabajo en el supermercado sí que ha abundado en la idea del control que el acusado ejercía sobre Marianela y lo celoso que era, algo que sabía porque esta última se lo había contado, así como las dudas que tenía sobre si seguir o no con Miguel Ángel. También ha comentado la presión que Marianela decía sentir por parte del acusado, que le pedía que dejara a Miguel Ángel al igual que él había hecho con su exnovia.