(Texto: Paco Morán) Al final el Golpe de Estado habrá sido un mal sueño. Ojalá.
Lo habrán intentado cometer sin éxito. Ojalá.
Tengamos en cuenta que el intento de robo o asesinato, por poner un ejemplo, también está penalizado por la Justicia, aun no habiendo consumación del delito.
Muchos echan ya el culito atrás al verle las orejas al lobo.
En silencio, jugando su partida de ajedrez, el Rey, Rajoy, las Fuerzas de Seguridad del Estado y la colaboración de Ciudadanos han ido desmontando el Golpe. Cierto es que el pronunciamiento de la banca catalana al marchar de ese territorio ha sido clave para desmontar el idílico y falso paraíso prometido que los golpistas habían vendido a sus sectarios.
Hoteleros quejándose, turistas que no van, cruceros que no atracan, grandes empresas que ya se han marchado… en definitiva, sin el Golpe consumado, el caos ya había llegado al bolsillo de los catalanes, algo muy sagrado.
El golpista de calle, es decir, los que inocentemente habían creído que el paraíso estaba cerca, ha vivido en sus carnes que la ruina podría llegar en días.
Este intento de Golpe de Estado ha dejado a mucha gente retratada en estos días convulsos.
A mí no me sorprende que tan solo PP, Ciudadanos (con representación) y Vox junto a DN hayan sido los únicos partidos que han dado la cara para evitar el Golpe.
Que Podemos estuviera al lado de los golpistas y ahora pidan que den marcha atrás, no me sorprende. Que Pedro Sánchez haya estado escondido, mientras Susana Díaz y los históricos del PSOE apoyaban al Gobierno, no me sorprende.
Y una vez más esos históricos del PSOE han tenido que dar la cara en un momento trascendental para España, mientras a su secretario general lo que importaba eran las cargas policiales y la reprobación de las vicepresidenta del Gobierno.
Nadie me podrá mover ni un centímetro de lo que vengo diciendo hace dos años: Pedro Sánchez es el Caballo de Troya que Podemos ha metido en el PSOE para acabar con la centenaria formación.
Estamos a punto de desmontar el Golpe si finalmente los actores principales son capaces de torear a los antisistema de la CUP. Pero si se logra definitivamente, ello no extirpará el cáncer de parte de la población catalana adoctrinada desde la infancia.
Cierto es que al descubrirse la gran verdad y viendo como España ama a Cataluña, esto hará cambiar de opinión a muchos catalanes adoctrinados por profesores sin escrúpulos.
Y acabo diciendo que los jueces no suelen poner la otra mejilla. El que la ha hecho la pagará. El Código Penal no fue escrito por Jesucristo.