Los argumentos esgrimidos por el jurado popular para emitir un veredicto sobre el doble crimen de Almonte «son una auténtica chapuza». Así de contundente se ha mostrado Aníbal Domínguez, hermano de Miguel Ángel y tío de la pequeña María, que fueron asesinados de manera brutal en abril de 2013, durante la rueda de prensa que ha ofrecido esta mañana del viernes junto a los dos abogados de la acusación particular, Inma Torres y Guastavo Arsúa, en el salón de actos del Colegio de Abogados de la capital.
El caso no está cerrado en cuanto las dos acusaciones particulares anuncian recursos antes el TSJA y es seguro que llegará al Supremo, sea cual sea la sentencia del alto tribunal andaluz. Lo que sí está cerrada, salvo que aparecieran nuevas pruebas, son las pesquisas de la Guardia Civil, ya que la UCO parecía tener claro que no había otra línea de investigación y que había pruebas suficientes contra Francisco Javier Medina.
Lo primero que ha manifestado Aníbal Domínguez es que las familias sienten miedo «porque un asesino anda suelto en Almonte», ya que según han manifestado los investigadores del caso en el juicio se trata de una persona conocida de la familia y cercana a la misma.
También ha reiterado las quejas expresadas por el hecho de que 9 personas legas en temas judiciales hayan juzgado un caso como este. A su juicio, el jurado no ha justificado ni argumentado de manera coherente su veredicto, en el que tan solo han tenido en cuenta las declaraciones de la exnovia del acusado, Francisco Javier Medina, y de los expertos presentados por la defensa.
Para la familia no se entiende que el jurado dé por hecho que estaba a una determinada hora en el supermercado, en base a las declaraciones de una exnovia con la que mantuvo una relación de diez años y que no haya tenido en cuenta las declaraciones del resto del personal, que ha declarado que no vio al acusado. «Las cámaras solo han mostrado unos pies y del resto del personal nadie lo vio», ha insistido Domínguez.
Sobre las dudas del jurado a la forma en la que llegó el ADN del acusado a tres toallas de dos cuartos de baño de la casa donde ocurrieron los asesinatos, la familia no comprende cómo se le da la misma validez a unos peritos de parte que al informe del Instituto Nacional de Toxicología, que habla de que fue por transferencia directa, lo que implicaba que Francisco Javier Medina tuvo que estar en la casa.
También ha causado sorpresa entre las dos acusaciones particulares el que se haya desechado la declaración de Marianela Olmedo, la madre y expareja de los asesinados, en base a sus problemas psicológicos tras los trágicos hechos. Olmedo declaró en el juicio que había lavado las toallas a 40 grados y con detergente, solas, sin otro tipo de ropa, con lo que no era posible transferencia indirecta del ADN por estar en contacto con otras ropas.
Las dos acusaciones particulares de las familias van a recurrir la sentencia, una vez sea efectiva, ante el TSJA y si fuera necesario ante el Supremo, con lo que el caso va camino de prolongarse en el tiempo, toda vez que sea cual sea la sentencia del alto tribunal andaluz una de las partes, bien la defensa o bien las acusaciones particulares, presentarán nuevo recurso.
Por último, Aníbal Domínguez ha manifestado el malestar que ha producido en las familias de las dos víctimas el recibimiento que se le dio en Almonte a Medina, que ha calificado como una «falta de respeto».
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Es raro el asunto