(Texto: Paco Velasco) …que un garrotazo? Que sí, que el Consejo de Estado no ha informado favorablemente sobre el recurso del Gobierno al Constitucional sobre la propuesta de investidura de Puigdemont. Que sí. Pero ¿no es verdad que ese informe no vincula al Gobierno? ¿O es que somos más papistas que el Papa? ¿Acaso la abogacía del Estado es una institución llena de arquitectos?
En caso de que el Constitucional admita a trámite el recurso, ¿cabe que la banda independentista se salte a la torera, una vez más, la suspensión automática del pleno de investidura? Y digo: ¿no es más cierto que se suspende la investidura de Puigdemont como candidato? Es más: ¿se evita, así, el limbo legal existente entre la candidatura y la investidura?
Algunos sesudos constitucionalistas han puesto el grito en el cielo. Que fraude de ley, que acto de prevaricación, que la leche en polvo. ¿No es más lógico, se mire por donde se mire, que se interprete como una estrategia procesal del Gobierno frente a las continuadas añagazas del gerundense fugado a Bruselas?
Entre un varapalo del Constitucional y un garrotazo del independentismo mafioso por ilegal, me quedo con lo primero. Mis espaldas carecen de fortaleza para soportar los latigazos que, desde hace tiempo, vienen recibiendo de la escuadra torcida de los Forcadell, Torrent y algunos tontos del bote secesionista. Ya está bien de torturarnos. La ley se sigue cumpliendo por más que el TC eche abajo el recurso.