12 diciembre 2024
Andalucía necesita menos
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VENTANA DEL AIRE: Ignorancia blanca

(Texto: Juan Andivia) El profesor de Filosofía de la universidad hispalense Jesús Navarro me recuerda, en una charla reciente, el concepto de “white ignorance”, ignorancia blanca, acuñado por Charles Mills, que suele aplicarse para definir la inconsciencia del hombre blanco sobre su propia raza o, mejor dicho, sobre sus características étnicas, comparables a las demás y, generalmente, a la ceguera sobre la supremacía de identidades, naciones e ideas, que hacen que existan opresiones que no reconocemos.

Me explico: Parece que las razas son las demás, que los discriminadores son los demás, que quienes no admiten a los diferentes son los otros y que los violentos y maltratadores son las otras personas, mientras las perpetuamos con iniciativas, prejuicios y educación.

Obviamente, cada cual sabrá cuán exento está de esos comportamientos y en cuántas ocasiones se lo ha podido demostrar, o ha querido aceptar el resultado. Y, aunque los ejemplos podrían ser numerosos, tanto en la vida cotidiana, donde se oye que uno no es machista, pero sale con los amigos, mientras ella se queda en casa, no cambia al niño, “ayuda” en las tareas domésticas y expresiones parecidas; como en las relaciones con los iguales genéricos, con chistes, bromas, comentarios e invisibilidades varias, o en las descalificaciones que campean para conducir, comprender, interpretar, elegir profesiones, me refiero aquí a lo que desde hace siglos se sigue llamando el problema catalán.

Es la ignorancia blanca (con acento grave en la primera a, en la seva escriptura) de los indepes, la seva, que ha cambiado los significados de egoísmo, cobardía, democracia, huida, solidaridad y justicia, por no hablar de robar, engañar/se, mofarse o traicionar.

Estos dos millones, según los últimos recuentos, no han percibido que están solos, que sus líderes prefieren ser madres y padres que héroes, que su gurú es exactamente eso, en el sentido más despectivo del término que, aunque llevaran razón, no tienen ningún derecho a imponerse a quienes no piensan como ellos, que están obsoletos y mal instruidos, desinformados y en manos de unos románticos de cartón piedra que quieren romper con todo.

Estos ciudadanos piensan que quien usa la fuerza es únicamente el estado, que su país sigue siendo el más próspero y se quejan de que no hay división de poderes, mientras solicitan que el poder legislativo actúe contra el judicial. Son incoherentes hasta para vivir de quienes quieren separarse.

En realidad, tanta estulticia les ha llevado a la obnubilación personal y al ridículo de sus representantes, que por estrategia prefieren seguir sin gobierno e ir a unas nuevas elecciones.

Ahora, si se repite el resultado en votos, lo que habrá sucedido es que además de a sus ideas pueriles, se habrán acomodado a su ignorancia blanca y comentarán que el mundo es inhumano, mientras pisan la dignidad de los charnegos.

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